2/09/2021, 12:30
—Tú… ¿jodiste a Nathifa?
Menudo giro tan inesperado de los acontecimientos. Parecía una constante desde que nos cruzamos con zaide en el Valle del Fin. Lo cierto es que a tenor de su respuesta él también la conocía y la revelación de Daigo le había sorprendido. No sabría decir si a bien o a mal, simplemente parecía sorprendido, sin más. Al parecer aquella Prisión del Yermo era algo parecido a la casa de los horrores. Y el peliverde había cabreado a esos locos. Los había cabreado mucho.
. Respecto a qué pasará contigo… Bueno, he aquí la cuestión. Vosotros los kusajines no dejasteis de recordarme el monstruo que soy en esta última semana. Y estoy pensando, si soy cómo decís que soy, ¿no debería entregar a Daigo, cobrar la pasta, y simplemente tirar tu cadáver a un foso, Yota?
Tras la decisión de intentar lo de entregar a Daigo por un buen puñado, suculentos y sucios ryos quedaba por tomar la segunda decisión. ¿Qué pasaba conmigo? La realidad es que las cosas habían cambiado y ahora mi preocupacióne ra salir con vida de allí. Necesitaba llegar a un punto de negociación ahora que el Uchiha tenía algo a lo que agarrarse.
—Dejadme que os saque de un error, kusajines. Yo no he pedido sesenta mil jodidos ryōs para comprarme una mansión y meterme hasta el culo de omoide. He pedido sesenta mil para poder seguir en el tablero. ¿Entendéis lo que os digo?
«Lo primero puede llegar a colar, lo segundo a juzgar por tu aspecto de colgado mental...»
— ¿Entonces para qué necesitas el dinero? ¿Para comprar favores?
—¿Queréis saber qué planeo? ¿Lo que de verdad tramo? Voy a mandarle un mensaje a Kintsugi. Una petición, no para mí, sino para el País del Bosque. Dicha petición contendrá una amenaza. Una lo suficientemente gorda como para que se le corte la carcajada que seguramente le provoquen las líneas anteriores. Vosotros solo fuisteis una prueba. Si pagaba, volveríais a vuestras villas y Kintsugi comprobaría que cumplo con mi palabra. Si no lo hacía, uno de vosotros llevaría la cabeza del otro hasta la villa y Kintsugi comprobaría… que cumplo con mi palabra.
Negué con la cabeza.
— Te equivocas. Me dejes vivir o no, ya le ganaste una batalla. La de Daigo, concretamente. En cuanto lod ejes en manos de la tiparraca esa de la Prisión del Yermo apuesto a que acabaran con él. así que un kusajin estará muerto y tú habrás cobrado tu dinero
—Ahora bien. ¿Qué fuerza, qué puto peso tiene mi amenaza si los dos os marcháis con vida? Le dije que os mataría a los dos si no pagaba y al día siguiente se entera que ni uno ni otro. Me tomaría por un farolero. Para más descojone, en cuanto se entere por tu arañita que amenacé a Daigo con matarte si intentaba algo, justo un minuto antes de que se me tirase al cuello… Bueno, ya van dos amenazas no cumplidas, ¿huh? Así que, ¿por qué iba a cumplir la tercera?
El tipo seguía erre que erre con su teoría. Probablemente no iba a sacarle de allí, pero tenía que intentarlo. Esa y no otra era la mejor solución que llegaba a vislumbrar en aquel momento, salir con vida y que no fuese demasiado tarde para poner remedio a todo ese follón que se estaba cocinando a fuego lento.
— Porque no eres un sádico. No sé qué te empujó a ti y a Dragón Rojo a hacer los que hicisteis en el valle de los Dojos pero si me quisieras muerto ya me habrías rebanado el cuello
—Si te dejo vivir, Yota, Kintsugi se tomaría mi amenaza a la ligera. Y entonces… entonces el sacrificio de toda esa gente del Valle de los Dojos, esa que tanto os gusta recordarme a cada puto momento que abrís la jodida boca, habrá sido en vano.
»Y no pienso permitirlo. ¿Me oís? No. Pienso. Permitirlo.
«Y dale»
— Te lo vuelvo a repetir. Daigo está sentenciado en cuanto hagas el intercambio con Nathifa. Lo sabes tu, lo sabe Daigo y lo sé incluso yo que ni conozco a la tal Nathifa. No sé porque ha entregado su vida por la suya pero ya que te está ofreciendo tu ansiado dinero, dale este caprichito. Si quieres tómatelo como su última voluntad. Sigues ganando tú y no Kintsugi
¿Sería suficiente? Esperaba y deseaba que sí. También esperaba que mi compañero supiese leer mi verdadera intención y me ayudase a convencer a zaide de que debía salir con vida.
Menudo giro tan inesperado de los acontecimientos. Parecía una constante desde que nos cruzamos con zaide en el Valle del Fin. Lo cierto es que a tenor de su respuesta él también la conocía y la revelación de Daigo le había sorprendido. No sabría decir si a bien o a mal, simplemente parecía sorprendido, sin más. Al parecer aquella Prisión del Yermo era algo parecido a la casa de los horrores. Y el peliverde había cabreado a esos locos. Los había cabreado mucho.
. Respecto a qué pasará contigo… Bueno, he aquí la cuestión. Vosotros los kusajines no dejasteis de recordarme el monstruo que soy en esta última semana. Y estoy pensando, si soy cómo decís que soy, ¿no debería entregar a Daigo, cobrar la pasta, y simplemente tirar tu cadáver a un foso, Yota?
Tras la decisión de intentar lo de entregar a Daigo por un buen puñado, suculentos y sucios ryos quedaba por tomar la segunda decisión. ¿Qué pasaba conmigo? La realidad es que las cosas habían cambiado y ahora mi preocupacióne ra salir con vida de allí. Necesitaba llegar a un punto de negociación ahora que el Uchiha tenía algo a lo que agarrarse.
—Dejadme que os saque de un error, kusajines. Yo no he pedido sesenta mil jodidos ryōs para comprarme una mansión y meterme hasta el culo de omoide. He pedido sesenta mil para poder seguir en el tablero. ¿Entendéis lo que os digo?
«Lo primero puede llegar a colar, lo segundo a juzgar por tu aspecto de colgado mental...»
— ¿Entonces para qué necesitas el dinero? ¿Para comprar favores?
—¿Queréis saber qué planeo? ¿Lo que de verdad tramo? Voy a mandarle un mensaje a Kintsugi. Una petición, no para mí, sino para el País del Bosque. Dicha petición contendrá una amenaza. Una lo suficientemente gorda como para que se le corte la carcajada que seguramente le provoquen las líneas anteriores. Vosotros solo fuisteis una prueba. Si pagaba, volveríais a vuestras villas y Kintsugi comprobaría que cumplo con mi palabra. Si no lo hacía, uno de vosotros llevaría la cabeza del otro hasta la villa y Kintsugi comprobaría… que cumplo con mi palabra.
Negué con la cabeza.
— Te equivocas. Me dejes vivir o no, ya le ganaste una batalla. La de Daigo, concretamente. En cuanto lod ejes en manos de la tiparraca esa de la Prisión del Yermo apuesto a que acabaran con él. así que un kusajin estará muerto y tú habrás cobrado tu dinero
—Ahora bien. ¿Qué fuerza, qué puto peso tiene mi amenaza si los dos os marcháis con vida? Le dije que os mataría a los dos si no pagaba y al día siguiente se entera que ni uno ni otro. Me tomaría por un farolero. Para más descojone, en cuanto se entere por tu arañita que amenacé a Daigo con matarte si intentaba algo, justo un minuto antes de que se me tirase al cuello… Bueno, ya van dos amenazas no cumplidas, ¿huh? Así que, ¿por qué iba a cumplir la tercera?
El tipo seguía erre que erre con su teoría. Probablemente no iba a sacarle de allí, pero tenía que intentarlo. Esa y no otra era la mejor solución que llegaba a vislumbrar en aquel momento, salir con vida y que no fuese demasiado tarde para poner remedio a todo ese follón que se estaba cocinando a fuego lento.
— Porque no eres un sádico. No sé qué te empujó a ti y a Dragón Rojo a hacer los que hicisteis en el valle de los Dojos pero si me quisieras muerto ya me habrías rebanado el cuello
—Si te dejo vivir, Yota, Kintsugi se tomaría mi amenaza a la ligera. Y entonces… entonces el sacrificio de toda esa gente del Valle de los Dojos, esa que tanto os gusta recordarme a cada puto momento que abrís la jodida boca, habrá sido en vano.
»Y no pienso permitirlo. ¿Me oís? No. Pienso. Permitirlo.
«Y dale»
— Te lo vuelvo a repetir. Daigo está sentenciado en cuanto hagas el intercambio con Nathifa. Lo sabes tu, lo sabe Daigo y lo sé incluso yo que ni conozco a la tal Nathifa. No sé porque ha entregado su vida por la suya pero ya que te está ofreciendo tu ansiado dinero, dale este caprichito. Si quieres tómatelo como su última voluntad. Sigues ganando tú y no Kintsugi
¿Sería suficiente? Esperaba y deseaba que sí. También esperaba que mi compañero supiese leer mi verdadera intención y me ayudase a convencer a zaide de que debía salir con vida.
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
![[Imagen: dlinHLO.png]](https://i.imgur.com/dlinHLO.png)
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa