3/09/2021, 15:54
Umi ignoró el comentario sobre la mayonesa, pese a que Sushi sabía perfectamente que aquello fue una ensaladilla en mal estado. Pero no iba a dejar pasar el de la manteca de cacahuete.
—¡Pero vamos a ver, cómo va a estar empalagoso, no seas sosa! —dijo, mientras sacaba ambos botes—. Pues claro que está bueno. ¿No quieres uno? Pues tú te lo pierdes~ —canturreó, abriendo el cajón y sacando un cuchillo de untar.
Miró por la ventana. Ahí estaba de nuevo aquella aldea. Umi suspiró. A veces recordaba tiempos mejores. Tiempos en los que ella y sus padres caminaban por esas mismas calles. Tiempos en los que pudo llamar a aquella aldea hogar.
Ahora sólo era una inquilina. Los malos recuerdos, su alquiler particular.
—Escucha, Sushi, cariño... —comenzó—. Tengo algo que decirte luego, cuando... cuando estemos en el parque. Pero no quiero que te enfades conmigo, ¿de acuerdo? Es importante.
—¡Pero vamos a ver, cómo va a estar empalagoso, no seas sosa! —dijo, mientras sacaba ambos botes—. Pues claro que está bueno. ¿No quieres uno? Pues tú te lo pierdes~ —canturreó, abriendo el cajón y sacando un cuchillo de untar.
Miró por la ventana. Ahí estaba de nuevo aquella aldea. Umi suspiró. A veces recordaba tiempos mejores. Tiempos en los que ella y sus padres caminaban por esas mismas calles. Tiempos en los que pudo llamar a aquella aldea hogar.
Ahora sólo era una inquilina. Los malos recuerdos, su alquiler particular.
—Escucha, Sushi, cariño... —comenzó—. Tengo algo que decirte luego, cuando... cuando estemos en el parque. Pero no quiero que te enfades conmigo, ¿de acuerdo? Es importante.