3/09/2021, 16:24
Maku estuvo a punto de caer al suelo si no llega a ser por la rápida reacción de Lyndis, quien la cogió con su único brazo bueno solo para dejarla reposar en el suelo sin que se diera un golpe.
— Y tu quien... — Y su mirada se desvió al lateral de aquel hombre, viendo a la niña que la había atendido al principio del todo. — Así que has sido tú quien le ha pedido que me mate ¿Quién coño eres tú? ¿Cómo sabes mi nombre?
Tomó una pose defensiva lo mejor que pudo, mientras su brazo atontado todavía colgaba sin movimiento alguno. Sus piernas estaban separadas, con una hacia delante mientras la otra estaba un poco más atrás. El puño de Lyndis temblaba de rabia, y ganas de romperle la cara aquel desconocido. Que atacaran a cualquier shinobi era de lo más normal, mucha gente los odiaba por mil y un motivos. Pero utilizar a civiles, atacarles a ellos e incluso a una cría. Solo la escoria más baja era capaz de hacer algo así.
— Y tu quien... — Y su mirada se desvió al lateral de aquel hombre, viendo a la niña que la había atendido al principio del todo. — Así que has sido tú quien le ha pedido que me mate ¿Quién coño eres tú? ¿Cómo sabes mi nombre?
Tomó una pose defensiva lo mejor que pudo, mientras su brazo atontado todavía colgaba sin movimiento alguno. Sus piernas estaban separadas, con una hacia delante mientras la otra estaba un poco más atrás. El puño de Lyndis temblaba de rabia, y ganas de romperle la cara aquel desconocido. Que atacaran a cualquier shinobi era de lo más normal, mucha gente los odiaba por mil y un motivos. Pero utilizar a civiles, atacarles a ellos e incluso a una cría. Solo la escoria más baja era capaz de hacer algo así.