4/09/2021, 15:38
El terror de Sasu no fue lo único que le impediria acertar en su ataque; la diferencia entre un civil y alguien especializado en tacticas de combate era bastante grande. Cuando la chica se abalanzó sobre Lyndis, la kunoichi respondió apartándose y agarrándola violentamente con su único brazo bueno de la muñeca. La tiró al suelo, y puso una de sus piernas encima de su espalda para evitar que pudiera volver a levantarse, tiró del brazo de la aguja hacia atrás y haciéndole presión en la muñeca para que soltara el arma y volvió a dirigir su atención a aquel hombre.
— Entiendo, entiendo. Y te crees moralmente superior al resto, este sistema de los shinobis está corrupto, siempre se salen con la suya y no pagan por sus errores, blablabla. No sé que gilipolleces le habrás metido a esta pobre chica en la cabeza tergiversando la realidad con palabras bonitas. Que nos declaramos guardianes de la paz pese a todo esto. Bueno, nos ha caido esa responsabilidad sobre los hombros, si fueras tú el guardian de la paz, seguramente tendriamos los papeles ahora mismo invertidos ¿no? — Arqueó una ceja. — Tu serías el heroé, y yo la cruel villana. Oh no, es verdad. Que soy la villana disfrazada de heroina, mientras tu eres tan solo un perseguido libertador ¿no?
Cuando Sasu soltó la aguja, la alejaría de una patada con su otra pierna para después terminar por sentarse encima de la espalda de la chica.
— ¿Se me da bastante bien, eh? Abusando de mi privilegio policial para abusar de una pobre chica ¿no crees? — Añadió sin perder el tono burlon en ningún solo minuto.
— Entiendo, entiendo. Y te crees moralmente superior al resto, este sistema de los shinobis está corrupto, siempre se salen con la suya y no pagan por sus errores, blablabla. No sé que gilipolleces le habrás metido a esta pobre chica en la cabeza tergiversando la realidad con palabras bonitas. Que nos declaramos guardianes de la paz pese a todo esto. Bueno, nos ha caido esa responsabilidad sobre los hombros, si fueras tú el guardian de la paz, seguramente tendriamos los papeles ahora mismo invertidos ¿no? — Arqueó una ceja. — Tu serías el heroé, y yo la cruel villana. Oh no, es verdad. Que soy la villana disfrazada de heroina, mientras tu eres tan solo un perseguido libertador ¿no?
Cuando Sasu soltó la aguja, la alejaría de una patada con su otra pierna para después terminar por sentarse encima de la espalda de la chica.
— ¿Se me da bastante bien, eh? Abusando de mi privilegio policial para abusar de una pobre chica ¿no crees? — Añadió sin perder el tono burlon en ningún solo minuto.