28/09/2021, 15:58
Instintivamente, Shanise se puso alerta. Se separó de Ayame y desenvainó un tembloroso kunai. Pero cuando vio la elegante figura de Kokuō mirándola entendió, y guardó el arma. Se llevó ambas manos al cabello y paseó inquieta por el despacho.
—Lo siento... pensaba que... —comenzó a decir, pero se atragantó. «Que alguien venía a atacarte, ¿no? Estúpida. Deja de sentirte así.»
Kokuō siguió.
—Con respecto a su pregunta... Y si debo serle sincera... —dijo, más dubitativa que antes—. La Señorita no está bien.
Shanise levantó la cabeza.
—¿Que no está bien? —dijo—. ¿Le ha pasado algo, Kokuō? ¿O sólo sigue afligida? —"Sólo sigue afligida" probablemente era una expresión que se quedaba corta. Shanise lo sabía. Ella podía recomponerse tan sólo porque sabía que Yui la odiaría si la viese mal. Y porque... le había enseñado a dar la cara a los peores tiempos. Y... tal y como su maquillaje delataba, tampoco es que pudiera mantener la serenidad todo el rato.
Pero Ayame...
—Lo siento... pensaba que... —comenzó a decir, pero se atragantó. «Que alguien venía a atacarte, ¿no? Estúpida. Deja de sentirte así.»
Kokuō siguió.
—Con respecto a su pregunta... Y si debo serle sincera... —dijo, más dubitativa que antes—. La Señorita no está bien.
Shanise levantó la cabeza.
—¿Que no está bien? —dijo—. ¿Le ha pasado algo, Kokuō? ¿O sólo sigue afligida? —"Sólo sigue afligida" probablemente era una expresión que se quedaba corta. Shanise lo sabía. Ella podía recomponerse tan sólo porque sabía que Yui la odiaría si la viese mal. Y porque... le había enseñado a dar la cara a los peores tiempos. Y... tal y como su maquillaje delataba, tampoco es que pudiera mantener la serenidad todo el rato.
Pero Ayame...