29/09/2021, 12:16
— Esperaré con ansias ese entrenamiento — dije alzando el puño delante de mi con el brazo formando un ángulo de 90 grados.
Sin embargo, parecía que el tiempo apremiaba así que pusimos rumbo al edificio del Uzukage donde nos estaba esperando alguien para mandarnos una tarea importante que hacer. Urgía tanta prisa que no se descartaba que aquel mismo día conociese al Uzukage en persona, nada más y nada menos que Sarutobi Hanabi.
«Me pregunto cómo será...»
Sin embargo, en su lugar encontramos a un señor mayor con el pelo blanco, pero era un blanco distinto al mío. El suyo le delataba una presunta experiencia en la vida.
—Uzumaki Eri, sí, y éste es su aprendiz, Uchiha Natsu. Ahórrese las presentaciones, conozco a todos los habitantes de esta aldea —
Aquella primera toma de contacto con aquel hombre había sido de lo más brusca. No esperaba que nos encontrasemos ante tanta arrogancia y soberbia. Además, a juzgar por su placa, solo se trataba de un chūnin que estuviese pagando el haberse levantado con el pie izquierdo o que pagase con modales arrogantes por su frustración en la vida. Mi ceja se arqueó e incluso, creo que mis labios se torcieron.
—. Han sido llamados porque hoy era el día que se presentaban como equipo. Su número de equipo es el catorce. También tienen una misión que cumplimentar que lleva días esperando, sin embargo —aclaró su garganta—, puesto que ninguno lo sabía, pueden decidir pasarle el testigo a otro equipo, quizá alguien más... cualificado, si están de acuerdo, claro.
—¿Estás disponible, Natsu?
— ¡Por supuesto! — dije, llevado ligeramente por la euforia del momento de mi primera misión junto a mi nueva y reputada sensei.
Sin embargo, parecía que el tiempo apremiaba así que pusimos rumbo al edificio del Uzukage donde nos estaba esperando alguien para mandarnos una tarea importante que hacer. Urgía tanta prisa que no se descartaba que aquel mismo día conociese al Uzukage en persona, nada más y nada menos que Sarutobi Hanabi.
«Me pregunto cómo será...»
Sin embargo, en su lugar encontramos a un señor mayor con el pelo blanco, pero era un blanco distinto al mío. El suyo le delataba una presunta experiencia en la vida.
—Uzumaki Eri, sí, y éste es su aprendiz, Uchiha Natsu. Ahórrese las presentaciones, conozco a todos los habitantes de esta aldea —
Aquella primera toma de contacto con aquel hombre había sido de lo más brusca. No esperaba que nos encontrasemos ante tanta arrogancia y soberbia. Además, a juzgar por su placa, solo se trataba de un chūnin que estuviese pagando el haberse levantado con el pie izquierdo o que pagase con modales arrogantes por su frustración en la vida. Mi ceja se arqueó e incluso, creo que mis labios se torcieron.
—. Han sido llamados porque hoy era el día que se presentaban como equipo. Su número de equipo es el catorce. También tienen una misión que cumplimentar que lleva días esperando, sin embargo —aclaró su garganta—, puesto que ninguno lo sabía, pueden decidir pasarle el testigo a otro equipo, quizá alguien más... cualificado, si están de acuerdo, claro.
—¿Estás disponible, Natsu?
— ¡Por supuesto! — dije, llevado ligeramente por la euforia del momento de mi primera misión junto a mi nueva y reputada sensei.