11/10/2021, 23:43
Suzume sonrió ampliamente, con esa curva casi gatuna que sus labios hacen. Le alegraba saber que Saki le dejaría llamarle senpai. Ahora podía jactarse mentalmente de tener algún tipo de relación directa con la morena. Soltó una risita y recibió la mirada de la superior con ojos brillantes.
—Es más por la experiencia, Saki-senpai, no tanto por probar todo lo del menú. Pero tienes razón~ Esperemos~ —canturreó.
La pelirroja movió sus pies en el asiento cual niña pequeña. Era técnicamente una adulta, y sus pies tocaban el suelo del vagón, pero le parecía divertido ver sus piernas columpiarse. Le parecían divertidas muchas cosas sencillas.
—No he escuchado si tienen algún show en vivo en ese café... ¿Crees que pueda cantar yo en caso de que haya? Tal vez algún karaoke o algo así~ ¿Te gustaría?
Le regaló una sonrisa enorme, mostrando sus dientes de bien cuidados de artista. Era una especie de pregunta con trampa. ¿Expresaría Saki que ella querría verla actuar y cantar? ¿O dejaría la respuesta en un "No sé"? Suzume se mordió el labio inferior levemente e inclinó el rostro. Apoyó el codo en el brazo del asiento, y el mentón en la palma, a la expectativa de la respuesta de su amiga.
No haría falta mucho para llegar al destino.
—Es más por la experiencia, Saki-senpai, no tanto por probar todo lo del menú. Pero tienes razón~ Esperemos~ —canturreó.
La pelirroja movió sus pies en el asiento cual niña pequeña. Era técnicamente una adulta, y sus pies tocaban el suelo del vagón, pero le parecía divertido ver sus piernas columpiarse. Le parecían divertidas muchas cosas sencillas.
—No he escuchado si tienen algún show en vivo en ese café... ¿Crees que pueda cantar yo en caso de que haya? Tal vez algún karaoke o algo así~ ¿Te gustaría?
Le regaló una sonrisa enorme, mostrando sus dientes de bien cuidados de artista. Era una especie de pregunta con trampa. ¿Expresaría Saki que ella querría verla actuar y cantar? ¿O dejaría la respuesta en un "No sé"? Suzume se mordió el labio inferior levemente e inclinó el rostro. Apoyó el codo en el brazo del asiento, y el mentón en la palma, a la expectativa de la respuesta de su amiga.
No haría falta mucho para llegar al destino.