26/10/2021, 16:36
A Suzume le divertía bastante ver a la chica hablar y moverse como un hada de verdad. Se le hacía adorable cada que mencionaba a "los humanos".
—Qué emocionante, ¿No, Saki-senpai? —Le susurró a la morena. Quería saber qué pensaba sobre el lugar, pero guardaría su pregunta directa para más adelante.
La energética chica les guió hasta una mesa. Suzume se sentó. El calor se le hacía algo extraño, pero no era nada insoportable, así que no dijo nada al respecto.
—¡Oh, oh! ¡Me encantaría escuchar los especiales, Hada-chan! Y llámame Suzume. Hay que ser amigables con las hadas, ¿No? —la cantante le regaló una enorme sonrisa tanto a la mesera como a su acompañante, buscando alentar a la segunda a que interactuara un poco.
—Qué emocionante, ¿No, Saki-senpai? —Le susurró a la morena. Quería saber qué pensaba sobre el lugar, pero guardaría su pregunta directa para más adelante.
La energética chica les guió hasta una mesa. Suzume se sentó. El calor se le hacía algo extraño, pero no era nada insoportable, así que no dijo nada al respecto.
—¡Oh, oh! ¡Me encantaría escuchar los especiales, Hada-chan! Y llámame Suzume. Hay que ser amigables con las hadas, ¿No? —la cantante le regaló una enorme sonrisa tanto a la mesera como a su acompañante, buscando alentar a la segunda a que interactuara un poco.