7/11/2021, 18:34
—Así es, señorita Fénix —una disculpa, no me canso de lo genial que suena— —respondió Meme—, mi cuerpo puede ser muy poco resistente ante algunas cosas. Tal vez las aguas me caigan mal. Tal vez no. Ya veremos. Y...
—¡Ostras! —exclamó Natsu, tan sorprendido como la propia Suzaku—. Así que por eso dices que eres una muñeca, por las prótesis de los brazos... ¿Puedo preguntar qué te pasó?
Para sorpresa de los Uzujines, Meme soltó una risita en respuesta:
—¿Prótesis? Oh, no, Natsu. Todo mi cuerpo fue ensamblado por mi creadora. Todo. Éstas son solo las marcas que hizo al armarme. Por eso digo que soy una muñeca, porque lo soy. Es lo que he sido siempre, y lo que seré.
«Vale, definitivamente ha llevado su mote demasiado lejos.» Pensó Suzaku, alzando ambas cejas en una inevitable mueca de incredulidad. Intercambió una mirada con su compañero mientras Meme contemplaba sus marcas como un Adonis enamorado de su propio reflejo. "¿Debe estar loca, no?" Trataban de decirle sus ojos oscuros.
Pero Natsu decidió que era un buen momento para burlarse de ella:
—No fastidies que te hemos chafado el viaje romántico, Suzaku. Mil disculpas.
—R... ¡¿Romántico?! —gritó, con vocecilla aguda—. ¡Tengo trece años! ¿De qué narices estás hablando?
—Oh, ¿Viniste con familia, señorita Fénix? —agregó Meme, certera—. Está bien. Yo quisiera viajar más con mis hermanas. No pasa nada.
—Sí, bueno —farfulló, cruzándose de brazos y apartando la mirada. Lo último que le apetecía en aquellos instantes era que su hermana saliera en el tema de conversación. ¡Lo que le faltaba ya!—. Bueno, bueno. ¿Os apetece hacer algo por aquí? —preguntó, en un repentino intento por cambiar de tema.
—¡Ostras! —exclamó Natsu, tan sorprendido como la propia Suzaku—. Así que por eso dices que eres una muñeca, por las prótesis de los brazos... ¿Puedo preguntar qué te pasó?
Para sorpresa de los Uzujines, Meme soltó una risita en respuesta:
—¿Prótesis? Oh, no, Natsu. Todo mi cuerpo fue ensamblado por mi creadora. Todo. Éstas son solo las marcas que hizo al armarme. Por eso digo que soy una muñeca, porque lo soy. Es lo que he sido siempre, y lo que seré.
«Vale, definitivamente ha llevado su mote demasiado lejos.» Pensó Suzaku, alzando ambas cejas en una inevitable mueca de incredulidad. Intercambió una mirada con su compañero mientras Meme contemplaba sus marcas como un Adonis enamorado de su propio reflejo. "¿Debe estar loca, no?" Trataban de decirle sus ojos oscuros.
Pero Natsu decidió que era un buen momento para burlarse de ella:
—No fastidies que te hemos chafado el viaje romántico, Suzaku. Mil disculpas.
—R... ¡¿Romántico?! —gritó, con vocecilla aguda—. ¡Tengo trece años! ¿De qué narices estás hablando?
—Oh, ¿Viniste con familia, señorita Fénix? —agregó Meme, certera—. Está bien. Yo quisiera viajar más con mis hermanas. No pasa nada.
—Sí, bueno —farfulló, cruzándose de brazos y apartando la mirada. Lo último que le apetecía en aquellos instantes era que su hermana saliera en el tema de conversación. ¡Lo que le faltaba ya!—. Bueno, bueno. ¿Os apetece hacer algo por aquí? —preguntó, en un repentino intento por cambiar de tema.