13/11/2021, 17:44
—Uchiha Akame no es más que un sucio traidor. —Conocía la animadversión que su hermana sentía hacia Uchiha Akame, pero a Umi sólo le preocupaba que era un tipo peligroso. De hecho, si no hubiera matado a nadie, Umi no habría podido culparle por haberse marchado. Pero lo cierto es que aquél rencor sin conocerlo de Suzaku le preocupaba más que el propio Akame.
Suzaku sacudió la cabeza para apartarlo de sus pensamientos. No se merecía ni uno solo de ellos.
»Bueno, para eso nos hicimos kunoichi, ¿no? Para proteger a la aldea, y para protegernos entre nosotras —resolvió, con una nueva sonrisa—. Además, tenemos a Uzukage-sama y al resto de las aldeas, ¡ese zorro viejo y ese grupo de lagartijas del tres al cuarto no tienen nada que hacer!
Umi suspiró.
—Me convertí en kunoichi para poder cuidarte, Suzaku, y porque era la única opción. Sólo estoy diciendo que ahora mismo quizás no sea la mejor opción, ¿entiendes? —espetó, nerviosa—. Suzaku, creo que deberías dejar de ser ninja. Es más, quizás deberíamos dejar de serlo las dos. ¡Hagamos otra cosa! —habló atropelladamente, arrodillándose y acercándose a su hermana, tomándola por las manos, casi previendo que iba a estallar—. ¡Podríamos montar un restaurante! ¡Mira qué aperitivos hacemos! ¿Sí?
Suzaku sacudió la cabeza para apartarlo de sus pensamientos. No se merecía ni uno solo de ellos.
»Bueno, para eso nos hicimos kunoichi, ¿no? Para proteger a la aldea, y para protegernos entre nosotras —resolvió, con una nueva sonrisa—. Además, tenemos a Uzukage-sama y al resto de las aldeas, ¡ese zorro viejo y ese grupo de lagartijas del tres al cuarto no tienen nada que hacer!
Umi suspiró.
—Me convertí en kunoichi para poder cuidarte, Suzaku, y porque era la única opción. Sólo estoy diciendo que ahora mismo quizás no sea la mejor opción, ¿entiendes? —espetó, nerviosa—. Suzaku, creo que deberías dejar de ser ninja. Es más, quizás deberíamos dejar de serlo las dos. ¡Hagamos otra cosa! —habló atropelladamente, arrodillándose y acercándose a su hermana, tomándola por las manos, casi previendo que iba a estallar—. ¡Podríamos montar un restaurante! ¡Mira qué aperitivos hacemos! ¿Sí?