19/11/2021, 21:04
—No soy cocinera... —refunfuñó Suzaku en voz baja, y de pronto Umi sintió brillar la chispa de la esperanza. ¿Era eso lo que le preocupaba? ¿La había convencido? Sonrió, y acarició sus hombros con cariño, pero Suzaku se sacudió y ella cayó al suelo de culo. ¡No soy una cocinera! ¡Soy kunoichi! ¡Conseguí mi bandana ayer mismo! ¡No me puedes decir que deje de ser ninja cuando ni siquiera he empezado a serlo!
Umi se levantó, el rostro rojo.
—¡Maldita sea, Suzaku! —gritó—. ¿¡Vas a dedicar los últimos meses de tu vida protegiendo a "la aldea" cuando Sarutobi Hanabi no movería su puto culo para ayudarte jamás!? ¡Sólo para acabar apuñalada por la espalda por un ninja del copo de nieve! —Umi se cruzó de brazos y se dio la vuelta, desviando la mirada—. ¿Y si en algún momento se te ocurre que no puedes más? ¿Que quieres irte? ¿Que no merece la pena morir por un puñado de desconocidos y que prefieres escapar y no tomar parte? ¡Entonces tampoco te cuidará! ¡Es más, enviará una maldita partida de guerra para buscarte por si se te ocurre revelar dónde están los putos baños públicos más cercanos a la entrada!
Umi se levantó, el rostro rojo.
—¡Maldita sea, Suzaku! —gritó—. ¿¡Vas a dedicar los últimos meses de tu vida protegiendo a "la aldea" cuando Sarutobi Hanabi no movería su puto culo para ayudarte jamás!? ¡Sólo para acabar apuñalada por la espalda por un ninja del copo de nieve! —Umi se cruzó de brazos y se dio la vuelta, desviando la mirada—. ¿Y si en algún momento se te ocurre que no puedes más? ¿Que quieres irte? ¿Que no merece la pena morir por un puñado de desconocidos y que prefieres escapar y no tomar parte? ¡Entonces tampoco te cuidará! ¡Es más, enviará una maldita partida de guerra para buscarte por si se te ocurre revelar dónde están los putos baños públicos más cercanos a la entrada!