22/11/2021, 14:16
(Última modificación: 22/11/2021, 14:18 por Uzumaki Eri. Editado 1 vez en total.)
Ante la llamada, el hombre soltó una risa algo seca. No levantó la vista, simplemente respondió:
—Así es, ¿qué necesitan?
A pesar de que la primera impresión podía haber sido no de las mejores, Enzo dio otro sonoro golpe y dejó el martillo junto al yunque. Se limpió el sudor de sus manos y la frente con una toalla algo oscura por el uso, apreciándose aún el color claro que seguramente tuvo tiempo atrás. Se acercó al mostrador con una sonrisa afable y miró, de arriba a abajo, a sus nuevos posibles clientes.
—¿Buscan un arma? Están en el sitio indicado, aunque últimamente andamos algo escasos de material. —Informó, dejándose caer en un taburete que rechinó por el peso que de pronto le habían puesto encima.
Eri se cruzó de brazos y miró a Natsu. Quería ver cómo se desenvolvía él en estos momentos, aunque no dudaría en interceder si se requería.
—Así es, ¿qué necesitan?
A pesar de que la primera impresión podía haber sido no de las mejores, Enzo dio otro sonoro golpe y dejó el martillo junto al yunque. Se limpió el sudor de sus manos y la frente con una toalla algo oscura por el uso, apreciándose aún el color claro que seguramente tuvo tiempo atrás. Se acercó al mostrador con una sonrisa afable y miró, de arriba a abajo, a sus nuevos posibles clientes.
—¿Buscan un arma? Están en el sitio indicado, aunque últimamente andamos algo escasos de material. —Informó, dejándose caer en un taburete que rechinó por el peso que de pronto le habían puesto encima.
Eri se cruzó de brazos y miró a Natsu. Quería ver cómo se desenvolvía él en estos momentos, aunque no dudaría en interceder si se requería.