10/12/2021, 21:41
—¡Suena muy bien! ¿Qué tal ambos? Vamos a uno de esos locales, y luego paseamos por un parque. Me parece bastante divertido. ¿Qué dicen? Claro, podemos pasar a comer entre tanto. ¿Qué sitio recomiendas para cenar, Shiba-san?
El estomago de Shiba contestó por ella. Mientras había estado de turno, trabajando rodeada de deliciosos dulces, había placado a su estomago de la mejor forma que sabía: no pensando. Simplemente dejaba que su cuerpo tomase el mando y su cerebro descansaba. Iba y venía tomando comandas y comunicandolas pero no procesaba nada más que lo necesario.
Ahora, fuera de eso, con la dulce voz de Suzume susurrandole sobre locales de comida, se había desatado por completo. Gruñó y cuando parecía que había parado y Shiba abrió la boca, volvió a gruñir.
— Me acabo de acordar de un lugar que vi cuando llegué. Siempre había querido probarlo. Es un restaurante de barbacoas. Ya sabeis, de los que cada mesa tiene su propia barbacoa para poner la carne y diferentes salsas. No había visto ninguno, en mi familia solemos comer carne muy ocasionalmente. Sobre todo verduras y arroz es lo que cae aquí. — se dio un par de palmadas en la barriga. — Claro que será muy caro, pero no os preocupeis, tengo el dinero que había traido para sobrevivir esta semana. No he tenido que usarlo porque la dueña me ha dado comida y cena.
A pesar de lo mucho que había dicho, no había tardado tanto en decirlo todo. No era dificil de entender ni se trababa, pero si te despistabas un segundo igual te perdías dos oraciones enteras.
La pelirroja esperaría con media sonrisa a que las chicas respondiesen antes de cambiar la dirección a la del lugar mencionado.
El estomago de Shiba contestó por ella. Mientras había estado de turno, trabajando rodeada de deliciosos dulces, había placado a su estomago de la mejor forma que sabía: no pensando. Simplemente dejaba que su cuerpo tomase el mando y su cerebro descansaba. Iba y venía tomando comandas y comunicandolas pero no procesaba nada más que lo necesario.
Ahora, fuera de eso, con la dulce voz de Suzume susurrandole sobre locales de comida, se había desatado por completo. Gruñó y cuando parecía que había parado y Shiba abrió la boca, volvió a gruñir.
— Me acabo de acordar de un lugar que vi cuando llegué. Siempre había querido probarlo. Es un restaurante de barbacoas. Ya sabeis, de los que cada mesa tiene su propia barbacoa para poner la carne y diferentes salsas. No había visto ninguno, en mi familia solemos comer carne muy ocasionalmente. Sobre todo verduras y arroz es lo que cae aquí. — se dio un par de palmadas en la barriga. — Claro que será muy caro, pero no os preocupeis, tengo el dinero que había traido para sobrevivir esta semana. No he tenido que usarlo porque la dueña me ha dado comida y cena.
A pesar de lo mucho que había dicho, no había tardado tanto en decirlo todo. No era dificil de entender ni se trababa, pero si te despistabas un segundo igual te perdías dos oraciones enteras.
La pelirroja esperaría con media sonrisa a que las chicas respondiesen antes de cambiar la dirección a la del lugar mencionado.