21/12/2021, 11:59
Con todos de acuerdo ante el ofrecimiento de la mujer era el momento de seguir su paso a medida que todo el mundo se iba presentando. Lo bueno es que ahora teníamos un nombre. Iwanami se hacía llamar aquella mujer.
— Yo soy Uchiha Natsu, un placer. ¿Sabe? Suzaku-san y yo venimos de la Espiral
Caminamos siempre a la estela de la tal Iwanami durante un rato a medida que íbamos dejando a nuestra espalda el bullicio del centro de aquella villa tan particular. De hecho, en menos de lo que canta un gallo nos encontraríamos delante de nuestro destino el cual se nos reveló ante el grito de la mujer. Lo observé como al niño que descubre sus regalos bajo el árbol el día de Navidad. Me había empezado a entrar el apetito. El local se le veía,a demás, bastante acogedor. Fue entonces cuando el llamado instinto ninja me alertó de que debía estar atento, pues aquel lugar apartado de todo podía ser una trampa para los pocos cuidadosos.
— Claro, sentémonos donde queráis. ¡Tanta caminata me ha abierto el apetito!
— Yo soy Uchiha Natsu, un placer. ¿Sabe? Suzaku-san y yo venimos de la Espiral
Caminamos siempre a la estela de la tal Iwanami durante un rato a medida que íbamos dejando a nuestra espalda el bullicio del centro de aquella villa tan particular. De hecho, en menos de lo que canta un gallo nos encontraríamos delante de nuestro destino el cual se nos reveló ante el grito de la mujer. Lo observé como al niño que descubre sus regalos bajo el árbol el día de Navidad. Me había empezado a entrar el apetito. El local se le veía,a demás, bastante acogedor. Fue entonces cuando el llamado instinto ninja me alertó de que debía estar atento, pues aquel lugar apartado de todo podía ser una trampa para los pocos cuidadosos.
— Claro, sentémonos donde queráis. ¡Tanta caminata me ha abierto el apetito!