2/01/2022, 22:13
—¿Quien te ha preguntado?
El estupido discursito de siempre. "Es por que eres diferente". No hacia falta que de lo recordasen mas veces, ni tampoco había pedido que nadie le diera razones de nada. No necesitaba excusas estúpidas.
Y lo peor fue lo que vino después: Otra "bromita" con lo del temita del calor. Podia ignorarla, pero como el chico había aparecido primero con aquel discursito de mierda, no lo hizo. Se levantó de la tabla, que dejó de flotar en cuanto su cuerpo se separó de ella y cayó al suelo, y se acercó al chico mientras su mano apretaba con fuerza el recipiente de cartón que había contenido el hielo raspado. Lo apretó hasta que las cenizas que quedaron empezaron a salir entre sus dedos.
Por supuesto, el chico notaría como el calor se hacia más intenso conforme Yakiniku se acerba a él. Un calor que se haría tan intenso, que, probablemente, el primer instito del chico sería retroceder mientras las gotas de sudor resbalaban por su frente.
Cuando estuvo justo frente al chico, abrió la mano que ahora solo tenia cenizas colocandola a la altura de la cara, frente a ambos.
—¿Tu que crees?
Pregunto irónicamente antes de soplar las cenizas a la cara del chico. Asi es como solía responder Yakiniku cuando alguien la molestaba de esa manera. Por supuesto, había asumido que él sabía sobre ella, y que había preguntado eso a proposito para herirla.
El estupido discursito de siempre. "Es por que eres diferente". No hacia falta que de lo recordasen mas veces, ni tampoco había pedido que nadie le diera razones de nada. No necesitaba excusas estúpidas.
Y lo peor fue lo que vino después: Otra "bromita" con lo del temita del calor. Podia ignorarla, pero como el chico había aparecido primero con aquel discursito de mierda, no lo hizo. Se levantó de la tabla, que dejó de flotar en cuanto su cuerpo se separó de ella y cayó al suelo, y se acercó al chico mientras su mano apretaba con fuerza el recipiente de cartón que había contenido el hielo raspado. Lo apretó hasta que las cenizas que quedaron empezaron a salir entre sus dedos.
Por supuesto, el chico notaría como el calor se hacia más intenso conforme Yakiniku se acerba a él. Un calor que se haría tan intenso, que, probablemente, el primer instito del chico sería retroceder mientras las gotas de sudor resbalaban por su frente.
Cuando estuvo justo frente al chico, abrió la mano que ahora solo tenia cenizas colocandola a la altura de la cara, frente a ambos.
—¿Tu que crees?
Pregunto irónicamente antes de soplar las cenizas a la cara del chico. Asi es como solía responder Yakiniku cuando alguien la molestaba de esa manera. Por supuesto, había asumido que él sabía sobre ella, y que había preguntado eso a proposito para herirla.