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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#10
El capitán apenas había comenzado a arengar a sus tripulantes para que se pusiesen manos a la obra, cuando el navío recibió un fuerte golpe que hizo que toda la nave se estremeciera. El fuerte golpe hizo que todo y todos lo que habían en aquella bodega quedasen totalmente desperdigados por la misma, pues el impacto había sido considerablemente duro. El anciano capitán era el único que permanecía en pie, agarrado a una de las vigas vérticales. Todo el mundo parecía totalmente desconcertado, lo más repetido en aquellos instantes era la posibilidad de haber encallado en un banco de arena... pero estaban demasiado al interior del mar como para que hubiese uno. Además, el viejo capitán rápidamente señaló que el impacto había sido contra la proa y no la quilla.

Tras un instante de duda, el capitán envío a dos hombres a cubierta para que comprobasen que había ocurrido y si había daños graves, puesto que al menos desde allí dentro no se apreciaban vías de agua en al bodega. A pesar de eso, envío a otros dos hombres a comprobar el resto del casco interno para asegurarse de que no había peligro de hundimiento.

Mientras tanto, Mitsuki trataba de incorporarse. El golpe la había lanzado contra algo o alguien, recibiendo un fuerte impacto en la sien que la había dejado un poco grogi. La Hyuga pasó la mano izuquierda por su sien para comprobar si había herida, por suerte no había sangre aún así la sola caricia le propició un dolor intenso indicativo de que iba a terminar con un buen moratón. La joven aprovechó que ya tenía más clara su ubicación en el lugar, para comprobar contra que había chocado y por suerte había sido tan sólo una tanda de barriles, así que no había que temer por haber dañado a un tercero.

—¿Te encuentras bien?— le tendió la mano el marinero parlanchín

—Sí, tan sólo ha sido un pequeño golpe— contestó la Hyuga que aceptó la mano del hombre para incorporarse

—¡La chica está bien capitán!— informó el marinero tras levantarla —Voy a ver si te encuntro algo para ese golpe, espera aquí—

—Gracias, pero no....— no le dió tiempo a hablar cuando el tipo ya se había marchado en dirección al interior de la nave

Mitsuki echó un vistazo a su alrededor y pudo notar que todos los marineros habían ido a comprobar que todo estaba bien en el resto del barco. En una primera mirada la chica no pudo ver al peliblanco que debía tener su misma edad, quizás también había ido con el resto de marineros pensó la chica que se acercó hasta el capitán que estaba clavado en la escalera que daba acceso a la cubierta. Los marinero que habían ido a comprobar que era lo que había ocurrido no habían vuelto y el viejo capitán acababa de abrir la puerta para ver por qué tardaban tanto.

Los ojos del capitán se abrieron de par en par, en su rostro pudo ver el miedo. Cerró la puerta de repente y se dejó caer contra la pared hasta caer al suelo. La peliblanca entendió que algo no iba bien, así que se acercó todo la rápido que le dejó su dubitativo equlibrio.

—¿Se encuentra bien capitán?— preguntó la chica mientras se arrodillaba junto al hombre para quedar a la altura de él.

El capitán movió tan sólo sus ojos, hasta clavaros en los de la Hyuga. En ese instante la chica pudo ver el miedo, pero no cualquier miedo, el miedo real... el miedo que infunde la peor de nuestras pesadillas. Mitsuki tragó saliva y se levantó como un resorte, algo le decía que no hallaría respuesta del capitán y que la verdad estaba allí fuera. La chica subió un par de escalones y abrió la puerta de la cubierta. Un frío viento hizo su cabello ondear, sus ojos recorrieron toda la cubierta hasta llegar a la proa. Donde debía de estar, ahora había una enorme pared de madera que la chica recorrío hacia arriba para terminar viendo que su pequeño carguero se había empotrado de lleno en el casco de un barco mucho más grande, tan grande que el suyo parecía tan sólo un barquito de juguete a su lado.

Aquello era bastante impresionante sin duda, pensó la de Kusabi... pero no para asustar así al capitán. La chica siguió con su mirada por la borda y entonces pudo ver el segundo mástil de aquel barco. Ahora lo entendía todo, aquellas velas ajadas eran las del barco de la historia del capitán. Entonces fue cuando busco con preocupación al resto de marineros por la cubierta, pero no estaban, salío hasta el centrro de la misma para observar si estaban en el puente pero no estaban. La peliblanca retrocedió sin dar la espalda al barco que tenía frente a ella y volvío a internarse en la bodega cerrando la puerta tras de sí

—No pude ser— musitó la joven tas cerrar la puerta tras de sí, para acto seguido apoyar su espalda contra ella por si algo intentaba entrar. La chica parecía distraída, perdida en sus pensamientos mientras el capitán seguía todavía en shock
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Mensajes en este tema
RE: Un desafío en el mar del té - por Yuki - 13/01/2016, 14:07
RE: Un desafío en el mar del té - por Yuki - 17/01/2016, 18:04
RE: Un desafío en el mar del té - por Yuki - 19/01/2016, 00:37
RE: Un desafío en el mar del té - por Yuki - 23/01/2016, 16:22
RE: Un desafío en el mar del té - por Yuki - 31/01/2016, 14:45


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