15/01/2022, 02:28
(Última modificación: 15/01/2022, 06:20 por Tsukiyama Daigo. Editado 1 vez en total.)
En cuanto Toshio se acercó, Yaara plantó su mirada en él y sonrió con una confianza que Toshio reconoció enseguida.
«Por Dios, por favor, no hagas que esto sea raro. Solo quiero un folleto». Rezó.
Pero sus plegarias no fueron escuchadas. El Hozuki lo malinterpretó todo como un ajuste de cuentas por su parte ¡y encima creía que se había traído a Lyndis y Meme como refuerzos! Oh, no. Él podía con que le pegaran una paliza, o con que lo amenazaran de muerte ¡Pero no permitiría que pensara que se traería refuerzos a una pelea uno contra uno! Él sabía respetar una rivalidad, por unilateral que fuese.
— No son refuerzos. Solo quiero un maldito panfleto. —Le mantenía la mirada al chico, con una sonrisa extremadamente forzada, mientras estiraba la mano para coger el panfleto que le tendía.
Una persona cogió el panfleto, pensando que para ella, pero el Kurogane ni siquiero a verla y solo volvió a estirar la mano mientras Yaara hablaba.
— ¿Alguna vez escuchas? Si te tengo que partir la cara, lo haré yo solo. —Nuevamente, otra persona cogió el panfleto que Yaara le tendía.
Al final, sin más, el chico se marchó dejando una nube de panfletos tras de sí. No fue muy complicado para él pillar dos de los folletos mientras se marchaba de vuelta hacia donde estaban Meme y Lyndis.
— Gilipollas... no necesito ayuda de nadie para derrotarte. —Lo escucharon decir en voz baja—. Ten, Lyn-chan. Pillé otro por si querías invitar a Ranko o algo.
Le tendió uno de los panfletos sin pensarse dos veces si había leído correctamente la situación al ver a Ranko y Lyndis hablar. La verdad es que saltaba a la vista de todos que eran... muy buenas amigas.
«Por Dios, por favor, no hagas que esto sea raro. Solo quiero un folleto». Rezó.
Pero sus plegarias no fueron escuchadas. El Hozuki lo malinterpretó todo como un ajuste de cuentas por su parte ¡y encima creía que se había traído a Lyndis y Meme como refuerzos! Oh, no. Él podía con que le pegaran una paliza, o con que lo amenazaran de muerte ¡Pero no permitiría que pensara que se traería refuerzos a una pelea uno contra uno! Él sabía respetar una rivalidad, por unilateral que fuese.
— No son refuerzos. Solo quiero un maldito panfleto. —Le mantenía la mirada al chico, con una sonrisa extremadamente forzada, mientras estiraba la mano para coger el panfleto que le tendía.
Una persona cogió el panfleto, pensando que para ella, pero el Kurogane ni siquiero a verla y solo volvió a estirar la mano mientras Yaara hablaba.
— ¿Alguna vez escuchas? Si te tengo que partir la cara, lo haré yo solo. —Nuevamente, otra persona cogió el panfleto que Yaara le tendía.
Al final, sin más, el chico se marchó dejando una nube de panfletos tras de sí. No fue muy complicado para él pillar dos de los folletos mientras se marchaba de vuelta hacia donde estaban Meme y Lyndis.
— Gilipollas... no necesito ayuda de nadie para derrotarte. —Lo escucharon decir en voz baja—. Ten, Lyn-chan. Pillé otro por si querías invitar a Ranko o algo.
Le tendió uno de los panfletos sin pensarse dos veces si había leído correctamente la situación al ver a Ranko y Lyndis hablar. La verdad es que saltaba a la vista de todos que eran... muy buenas amigas.