11/02/2022, 08:11
(Última modificación: 11/02/2022, 08:12 por Kaminari Chika. Editado 1 vez en total.)
— Entonces solo es en esa sala... Si es así, deshacerse de ellos será pan comido.
— No tengo la seguridad de que sea solo en esta sala, pero, sin duda, habrá varios haciendo vida aquí. Se les ha visto entrar y salir varias veces, han abierto un agujero en la persiana delantera y en la puerta. Ha habido altercados por toda la estación, principalmente substracción de alimentos. Supongo que asegurareis todo el lugar ¿verdad?
Más que una pregunta, era una orden disimulada. No quería imponerse sobre ellos, solo sugerirles que no vagueen y hagan bien su trabajo.
—¿Qué sucedió?
El hombre alzó una ceja, sorprendido de que unos ninjas de Kusagakure no supiesen de eso. De hecho, deberían saber más que él.
— Hubo un ataque sobre uno de los vuestros y un compañero de la estación falleció. No recuerdo los detalles, pero hubo un gran revuelo por ello.
No quiso darle más tiempo a esa tragedia. La vida seguía y seguía en forma de nuevos enemigos como mapaches y jabatos. Justo al acabar de hablar se detendría en la puerta más alejada del pasillo, de hierro parcialmente oxidado, tenía una placa incrustada en la parte baja.
— No tengo la seguridad de que sea solo en esta sala, pero, sin duda, habrá varios haciendo vida aquí. Se les ha visto entrar y salir varias veces, han abierto un agujero en la persiana delantera y en la puerta. Ha habido altercados por toda la estación, principalmente substracción de alimentos. Supongo que asegurareis todo el lugar ¿verdad?
Más que una pregunta, era una orden disimulada. No quería imponerse sobre ellos, solo sugerirles que no vagueen y hagan bien su trabajo.
—¿Qué sucedió?
El hombre alzó una ceja, sorprendido de que unos ninjas de Kusagakure no supiesen de eso. De hecho, deberían saber más que él.
— Hubo un ataque sobre uno de los vuestros y un compañero de la estación falleció. No recuerdo los detalles, pero hubo un gran revuelo por ello.
No quiso darle más tiempo a esa tragedia. La vida seguía y seguía en forma de nuevos enemigos como mapaches y jabatos. Justo al acabar de hablar se detendría en la puerta más alejada del pasillo, de hierro parcialmente oxidado, tenía una placa incrustada en la parte baja.