12/02/2022, 20:30
El joven de cabellos violetas se levantó como de costumbre con los primeros rayos del sol. A esa hora muy pocas personas osaban salir de su casa, y mucho menos para entrenar como hacía diariamente Kiozan. Su rutina consistía en comer cualquier cosa que encontrara por su pequeñísimo apartamento, ya fuera un tazón de leche, un trozo de pollo o incluso alguna que otra sobra de la cena del día anterior. Lo importante era llevarse algo al estómago. Después, se vestía y salía a correr por las calles vacías, durante una hora o incluso dos algunas veces. Después, llegaría a casa, se ducharía y ya estaría dispuesto para el entrenamiento real en cualquier dojo.
Sin embargo, aquel día, el entrenamiento en el dojo se postponía para otro momento, ya que aquel día... ¡Iba a pedir su primera misión! Si bien estaba más nervioso que de costumbre (Cosa bastante difícil), en el exterior parecía que controlaba todo, que no tenía ningún problema en presentarse en el dojo del Morikage para pedirle su primera misión. Que además... ¿Que tipo de misión le darían a un recién graduado? Kiozan quería luchar contra otros ninjas, vencer a "los malos" y convertirse en todo un héroe, pero sabía que eso no iba así, que le tocaría hacer misiones mucho más sencillitas al principio.
Se puso por primera vez el uniforme de ninja de Kusagakure, equipándose posteriormente con todas sus herramientas y armas, se lavó los dientes y salió corriendo hacia el edificio del Morikage. Desde su casa se veía aquel enorme edificio, y es que era normal, era el más grande de toda la aldea. Años atrás aquello le hubiera sorprendido, pero ya estaba acostumbrado a este "nuevo mundo". Kiozan iba tan rápido que llegó al edificio en menos de diez minutos, para presentarse frente al mostrador, ignorando completamente si había más gente delante de él, dar un golpe en él y señalar con su dedo pulgar de la mano derecha su banda ninja de la aldea. -Ey, no se preocupen, ha llegado Kiozan. A partir de hoy, me encargaré de toda misión que se me encargue.-
Sin embargo, aquel día, el entrenamiento en el dojo se postponía para otro momento, ya que aquel día... ¡Iba a pedir su primera misión! Si bien estaba más nervioso que de costumbre (Cosa bastante difícil), en el exterior parecía que controlaba todo, que no tenía ningún problema en presentarse en el dojo del Morikage para pedirle su primera misión. Que además... ¿Que tipo de misión le darían a un recién graduado? Kiozan quería luchar contra otros ninjas, vencer a "los malos" y convertirse en todo un héroe, pero sabía que eso no iba así, que le tocaría hacer misiones mucho más sencillitas al principio.
Se puso por primera vez el uniforme de ninja de Kusagakure, equipándose posteriormente con todas sus herramientas y armas, se lavó los dientes y salió corriendo hacia el edificio del Morikage. Desde su casa se veía aquel enorme edificio, y es que era normal, era el más grande de toda la aldea. Años atrás aquello le hubiera sorprendido, pero ya estaba acostumbrado a este "nuevo mundo". Kiozan iba tan rápido que llegó al edificio en menos de diez minutos, para presentarse frente al mostrador, ignorando completamente si había más gente delante de él, dar un golpe en él y señalar con su dedo pulgar de la mano derecha su banda ninja de la aldea. -Ey, no se preocupen, ha llegado Kiozan. A partir de hoy, me encargaré de toda misión que se me encargue.-