14/02/2022, 16:42
—Sólo dije que Shiba-san también es muy guapa. —Aclaró, con voz más clara, pero con mejillas más rojas. Era sólo un simple comentario sobre la apariencia entre amigas... recién conocidas, mejor dicho. No tenía por qué apenarse tanto.
Pero sí se apenó, y mucho, cuando Shiba le dijo lo de ser una delicia a los ojos. Claro, ella bien sabía lo guapa que era, y otros se lo habían mencionado, como bien intuía la pelinaranja, cuando estaba en el escenario. Pero el que lo dijera Shiba... eso tenía una chispa diferente.
—¡Estás totalmente invitada a mis conciertos! Aunque... pues... últimamente he estado con lo de volverme shinobi, y no he programado presentaciones todavía... Bueno, además de que por el momento sólo me presento en Amegakure, así que... ahm... cuando me presente fuera de la Aldea, ¡puedes venir!
Como siempre, Suzume idealizaba el futuro. No dijo "si me presento", porque ella consideraba que definitivamente lo haría. Su sonrisa determinada y sus brillantes ojos violeta así lo mostraban.
—¿Ah? ¡Pero si eso hacen los alumnos! Si no sabes, hay que preguntar, ¿no? ¡Para eso están los maestros, para enseñar! —Su propio paso por la Academia había sido... intenso. Pero ella no se avergonzaba de demostrar que no sabía cosas.
Imitaría a Shiba, sin querer, y bebería de su limonada. Cuando la pelinaranja instó a la espadachina a hablar, Suzume apoyó los codos sobre la mesa y el mentón sobre las manos, poniéndole total atención. Si Saki no hablaba o no encontraba qué comentar, y sólo si no se le ocurría qué decir, Suzume sugeriría algo con voz alegre.
—¿Qué tal que le cuentas cómo nos conocimos?
Pero sí se apenó, y mucho, cuando Shiba le dijo lo de ser una delicia a los ojos. Claro, ella bien sabía lo guapa que era, y otros se lo habían mencionado, como bien intuía la pelinaranja, cuando estaba en el escenario. Pero el que lo dijera Shiba... eso tenía una chispa diferente.
—¡Estás totalmente invitada a mis conciertos! Aunque... pues... últimamente he estado con lo de volverme shinobi, y no he programado presentaciones todavía... Bueno, además de que por el momento sólo me presento en Amegakure, así que... ahm... cuando me presente fuera de la Aldea, ¡puedes venir!
Como siempre, Suzume idealizaba el futuro. No dijo "si me presento", porque ella consideraba que definitivamente lo haría. Su sonrisa determinada y sus brillantes ojos violeta así lo mostraban.
—¿Ah? ¡Pero si eso hacen los alumnos! Si no sabes, hay que preguntar, ¿no? ¡Para eso están los maestros, para enseñar! —Su propio paso por la Academia había sido... intenso. Pero ella no se avergonzaba de demostrar que no sabía cosas.
Imitaría a Shiba, sin querer, y bebería de su limonada. Cuando la pelinaranja instó a la espadachina a hablar, Suzume apoyó los codos sobre la mesa y el mentón sobre las manos, poniéndole total atención. Si Saki no hablaba o no encontraba qué comentar, y sólo si no se le ocurría qué decir, Suzume sugeriría algo con voz alegre.
—¿Qué tal que le cuentas cómo nos conocimos?