4/03/2022, 15:19
Umi despertó poco tiempo después, magullada, con la herida ardiendo como las brasas de una fragua. Masculló apoyándose en la hierba y buscó a su hermana con la mirada borrosa. No la encontró. Al menos, no la encontró a ras de suelo. Umi lloró.
—Mamá, papá, ¿por qué tuvisteis que hacerlo...? —Creyéndose sola, Umi comenzó a lamentarse—. ¿Por qué entregar vuestra vida a la causa de una única persona...? ¿Por qué seguir a ese maldito fanático...? ¿Por qué...?
»Todo lo que me habéis dejado es una losa demasiado pesada para mí sola...
—Mamá, papá, ¿por qué tuvisteis que hacerlo...? —Creyéndose sola, Umi comenzó a lamentarse—. ¿Por qué entregar vuestra vida a la causa de una única persona...? ¿Por qué seguir a ese maldito fanático...? ¿Por qué...?
»Todo lo que me habéis dejado es una losa demasiado pesada para mí sola...