9/03/2022, 14:18
Las palabras de ambas pelirrojas hizo darse cuenta de algo, por lo que se llevó una mano al mentón mientras desviaba la mirada. Tenían razón, tal vez había sido demasiado estricta con su entrenamiento y educación. Shiba no tardo en literalmente poner la carne en el asador, mientras tonteaba a la vez con Suzume.
— Tenéis razón — dijo cuando ambas terminaron de filtrear entre ellas. — Creo que me centré demasiado en darte clase y entrenarte, y no pensé en que debería hacerlo de forma más racionada. Tampoco sé siquiera si lo estoy haciendo bien, pues no había sido antes tutora; me escogieron por tener la máxima nota en tan solo un año —
Alternó la mirada entre ambas, pues había sido gracias a las dos el darse cuenta de que tal vez se estaba equivocando en su modo de enseñar, y después resopló mirando la carne cruda asarse sobre los incandescentes hierros de la parrilla sobre el carbón.
— Solo recuerdo hacer cosas desde que tengo uso de razón — tragó saliva, con un extraño timbre en su voz. — Clases sobre historia tanto de los países como el mundo, movimientos políticos y económicos, finanzas... Y cuando acababa, clases de baile, natación... Únicamente descansaba cuando había avanzado algo la noche. Y realmente como ninja y utilizar el chakra... Llevo poco más de un año
Saki había sido como un trozo de madera, quemado hasta el extremo bajo la tiranía de su padre, sin darle un respiro o personalidad más allá de su estricta y dura educación, hasta acabar de la misma manera que aquel carbón que ardía bajo sus miradas. Y por error, estaba haciendo lo mismo con Suzume. Ella no quería una vida así para la pelirroja, no le gustaría que viviera algo así.
— Tenéis razón — dijo cuando ambas terminaron de filtrear entre ellas. — Creo que me centré demasiado en darte clase y entrenarte, y no pensé en que debería hacerlo de forma más racionada. Tampoco sé siquiera si lo estoy haciendo bien, pues no había sido antes tutora; me escogieron por tener la máxima nota en tan solo un año —
Alternó la mirada entre ambas, pues había sido gracias a las dos el darse cuenta de que tal vez se estaba equivocando en su modo de enseñar, y después resopló mirando la carne cruda asarse sobre los incandescentes hierros de la parrilla sobre el carbón.
— Solo recuerdo hacer cosas desde que tengo uso de razón — tragó saliva, con un extraño timbre en su voz. — Clases sobre historia tanto de los países como el mundo, movimientos políticos y económicos, finanzas... Y cuando acababa, clases de baile, natación... Únicamente descansaba cuando había avanzado algo la noche. Y realmente como ninja y utilizar el chakra... Llevo poco más de un año
Saki había sido como un trozo de madera, quemado hasta el extremo bajo la tiranía de su padre, sin darle un respiro o personalidad más allá de su estricta y dura educación, hasta acabar de la misma manera que aquel carbón que ardía bajo sus miradas. Y por error, estaba haciendo lo mismo con Suzume. Ella no quería una vida así para la pelirroja, no le gustaría que viviera algo así.
¡Gracias a Ranko por el avatar!