14/03/2022, 18:34
Solo cerrarse la puerta se quedaron en el silencio más absoluto. Solo se oían sus voces, sus pasos y el goteo de la lava de Toshio contra el frio suelo, que la endurecía de inmediato. La luz de la lava era intensa, rojiza e irregular. Al ser liquida no dejaba de moverse y las gotas que caían se apagaban de golpe, dando unos cambios de luz apreciables.
Unos segundos después de cerrar la puerta, empezarían a oirse pasos. No de pies sino de patas, rápidos, ligeros. Primero por la izquierda, luego la derecha, y al final era imposible saber donde empezaban las pisadas y acababa el eco del lugar.
Parecía que era cuestión de segundos que se les lanzasen al cuello, pero de momento, no había nada a su vista.
Unos segundos después de cerrar la puerta, empezarían a oirse pasos. No de pies sino de patas, rápidos, ligeros. Primero por la izquierda, luego la derecha, y al final era imposible saber donde empezaban las pisadas y acababa el eco del lugar.
Parecía que era cuestión de segundos que se les lanzasen al cuello, pero de momento, no había nada a su vista.