24/03/2022, 12:46
Toshio desenvainó su wakizashi con ambas manos raudo e intentó partir a los dos mapaches por la mitad. Sin embargo, le faltó fuera o un arma más poderosa porque no consiguió ni partir al primero. La hoja se quedó pegada contra la columna del pobre animal, que había dejado de mover las piernas. Lo que consiguió, aparte de añadir el peso del primer mapache paralitico a la hoja de su espada, fue golpear con un mapache al otro, apartandolo sin hacerle daño.
En cuanto el mapache empujado tocó suelo, volvió a saltar a por el hombro de Toshio sin un momento de duda (14 PV). Las ratas, por su parte, solo tuvieron que apartarse cuando empezó a removerse y esperar a que se estuviese quieto durante un segundo para volver a por él (10 PV por mordisco).
Sin embargo, de esas tres ratas que acosaban a Toshio, solo quedarían dos, pues una había sido pateada a traición por Lyndis, quien parecía tener la sangre extremadamente amarga porque ningún animal quería de ella. Dicha rata simplemente voló hasta aterrizar varios metros en la oscuridad, deshecha y tostada.
Pero Lyndis no se detuvo ahí. Tras una brevisima secuencia de sellos lanzó un relampago a los desechos de los vagones, que aunque oxidados, seguían siendo de metal. La electricidad se repartió por todo el lugar a una velocidad vertiginosa. Todo el vagón quedó iluminado y los chirridos de las ratas pudieron oirse por encima del de la electricidad. Por supuesto, no solo las ratas se calcinaron, también sus desechos, que eran bastante más mayoritarios.
Además, una vez el metal había absorbido toda la electricidad, empezó a chisporrotear, haciendo chispazos descontrolados alrededor.
Meme pudo ver un rayo cruzar desde el vagon que había atacado Lyndis hasta los cables que tenía delante, haciendo contacto entre ellos. Tras esto, el vagón finalmente se apagó, solo dejando ir pequeñas chispas de vez en cuando y un olor nauseabundo en toda la sala.
El relampago que casi tosta a Meme, había acabado con la única rata que no había logrado apuñalar con su arma, y si hubiese estado algo más cerca de los cables, igual con ella también.
Tras la sobrecarga, las luces hicieron un breve destello antes de reventar y Meme podría oler el cable quemado desde su posición.
Lyndis había reducido considerablemente la población de ratas, pero ¿a qué precio?
En cuanto el mapache empujado tocó suelo, volvió a saltar a por el hombro de Toshio sin un momento de duda (14 PV). Las ratas, por su parte, solo tuvieron que apartarse cuando empezó a removerse y esperar a que se estuviese quieto durante un segundo para volver a por él (10 PV por mordisco).
Sin embargo, de esas tres ratas que acosaban a Toshio, solo quedarían dos, pues una había sido pateada a traición por Lyndis, quien parecía tener la sangre extremadamente amarga porque ningún animal quería de ella. Dicha rata simplemente voló hasta aterrizar varios metros en la oscuridad, deshecha y tostada.
Pero Lyndis no se detuvo ahí. Tras una brevisima secuencia de sellos lanzó un relampago a los desechos de los vagones, que aunque oxidados, seguían siendo de metal. La electricidad se repartió por todo el lugar a una velocidad vertiginosa. Todo el vagón quedó iluminado y los chirridos de las ratas pudieron oirse por encima del de la electricidad. Por supuesto, no solo las ratas se calcinaron, también sus desechos, que eran bastante más mayoritarios.
Además, una vez el metal había absorbido toda la electricidad, empezó a chisporrotear, haciendo chispazos descontrolados alrededor.
Meme pudo ver un rayo cruzar desde el vagon que había atacado Lyndis hasta los cables que tenía delante, haciendo contacto entre ellos. Tras esto, el vagón finalmente se apagó, solo dejando ir pequeñas chispas de vez en cuando y un olor nauseabundo en toda la sala.
El relampago que casi tosta a Meme, había acabado con la única rata que no había logrado apuñalar con su arma, y si hubiese estado algo más cerca de los cables, igual con ella también.
Tras la sobrecarga, las luces hicieron un breve destello antes de reventar y Meme podría oler el cable quemado desde su posición.
Lyndis había reducido considerablemente la población de ratas, pero ¿a qué precio?