14/04/2022, 13:52
Pero a Shukaku se le veía tan seguro como siempre, puede que le pudiese algo la soberbia. Pero claro, ¿qué podría hacer yo ante un bijū? Había que saber tocar con las pies en el suelo y ser consciente que incluso siendo un miembro del clan Uchiha y disponer de su poderoso dōjutsu no era rival aún para aquel oponente. Aún tenía mucho que aprender, incluso el sharingan lo tenía en una fase de desarrollo. Shukaku se limitó a lanzar un shuriken envuelto en chispas para ir deshaciendo las balas flamígeras una tras otra y yo aproveché el espectáculo de luces, colores y sonidos para moverme de tal forma que dando un paso en diagonal dejé que la estrella electrificada pasase de largo. No me detuve y seguí reduciendo distancias.
«Vamos, puedes hacerlo»
Mi puño diestro, así como toda la extremidad, se vio envuelto en llamas y cuando estuve lo suficientemente cerca traté de propinarle un derechazo en los morros.
— ¡Katon: Karyūkōgeki!
De esta forma ponía en practica real por primera vez aquella técnica que había estado desarrollando en mis entrenamientos y en mis ratos libres. El manejo con el katon cada día era mejor y el tiempo y la práctica me había permitido aprender aquel jutsu. Los entrenamientos y las enseñanzas de Eri también habían tenido algo que ver.
«Vamos, puedes hacerlo»
Mi puño diestro, así como toda la extremidad, se vio envuelto en llamas y cuando estuve lo suficientemente cerca traté de propinarle un derechazo en los morros.
— ¡Katon: Karyūkōgeki!
De esta forma ponía en practica real por primera vez aquella técnica que había estado desarrollando en mis entrenamientos y en mis ratos libres. El manejo con el katon cada día era mejor y el tiempo y la práctica me había permitido aprender aquel jutsu. Los entrenamientos y las enseñanzas de Eri también habían tenido algo que ver.