27/04/2022, 19:59
Suzume ya estaba cansada. No porque hubiese hecho mucho, sino porque los golpes de Shiba le habían drenado de energía. Sonrió y soltó un "¡Ajá!" cuando su rodillazo conectó. Pero la patada de contraataque le desequilibró, trastabilló y dio manotazos en el aire, pero no pudo evitar caer contra Shiba. Si ella no se apartaba y detenía su caída, Suzume la tomaría de los hombros con un suspiro para evitar dar contra el suelo.
—Hey... —comenzaría, resollando de cansada y adolorida —. Creo... Creo que no debería seguir... Shiba-sensei... —dijo con ojos sinceros y voz dulce.
—Hey... —comenzaría, resollando de cansada y adolorida —. Creo... Creo que no debería seguir... Shiba-sensei... —dijo con ojos sinceros y voz dulce.