28/04/2022, 19:15
«Qué cojones...»
El herrero empezó a acercarse con aún más cuidado a su habitación, agudizando sus sentidos para intentar escuchar a quienquiera que estuviese allí antes de que dicha persona lo escuchase a él. Porque sí, estaba seguro, alguien se había colado en su casa.
Al llegar a la puerta, Toshio la empezó a abrir poco a poco.
El herrero empezó a acercarse con aún más cuidado a su habitación, agudizando sus sentidos para intentar escuchar a quienquiera que estuviese allí antes de que dicha persona lo escuchase a él. Porque sí, estaba seguro, alguien se había colado en su casa.
Al llegar a la puerta, Toshio la empezó a abrir poco a poco.