28/04/2022, 21:46
Otra vez. Otra puta vez le habían pegado en su propia casa, y por si fuera poco, esta vez sabía exactamente quien era. Era el hijo de puta que le había prohibido pasar por su casa. ¡Pero menuda hipocresía!
— ¿¡Pero qué cojones, tío, sabes que esta es mi casa!? —Y entonces se dio cuenta del doloroso agarre en el que lo tenían agarre, justo antes de darse cuenta de algo más importante—. ¿Que dónde está Kinumi? ¿¡Es que se ha perdido!?
Se intentó revolver para salir de su agarre. Si se lo permitía, acabaría girándose para encarar al Uchiha.
— ¿Hace cuánto que despareció?
— ¿¡Pero qué cojones, tío, sabes que esta es mi casa!? —Y entonces se dio cuenta del doloroso agarre en el que lo tenían agarre, justo antes de darse cuenta de algo más importante—. ¿Que dónde está Kinumi? ¿¡Es que se ha perdido!?
Se intentó revolver para salir de su agarre. Si se lo permitía, acabaría girándose para encarar al Uchiha.
— ¿Hace cuánto que despareció?