2/05/2022, 16:25
El combate obviamente no fue algo ni mucho menos espectacular. Suzume pareció empeñada en luchar cuerpo a cuerpo, y ya desde el principio había tirado su as bajo la manga, en vez de haber esperado a tener una oportunidad de oro cuando la hubiera apresado. Shiba estaba dominando el combate con total facilidad como era de esperar, casi parecía que estuviera peleando con una niña de 5 años.
Saki se inclinó accidentalmente en una ocasión para estar atenta igualmente al combate, para después ayudar a explicarle a Suzume donde podría mejorar. Aquello provoco una reacción sobre el muelle balanceándola hacia atrás, cosa que se repitió con un lento periodo en el pequeño balancín. Poco a poco, eso la saco de prestar atención al combate.
Era un vaivén lento y pausado, pero algo en el interior de la morena se removía. Aquella niña pequeña que fue privada de toda diversión desde una edad tan tierna, en pos de que se volviera una mujer capaz de llevar adelante el gran negocio familiar, y tal vez algo más si era capaz. Sus mejillas volvieron a tomar un color rosado mientras esta se centró mirando el pequeño muñeco, abriendo muy poco su pequeña boca en señal de asombro.
Shiba la trajo de vuelta, cuando se dirigió a ella, pero tardaría un poco en terminar de reaccionar por lo que podrían verla moverse un poco en el caballito.
— ¿Eh? ¿Qué? — Soltó los manillares, y rapidamente fue a recoger su espada que yacia en el suelo, bajandose con total facilidad—. B-Bueno, no creo que haya problema si estas un rato. Pero no puedes quedarte a dormir, sino puede que tengamos un problema
Saki se inclinó accidentalmente en una ocasión para estar atenta igualmente al combate, para después ayudar a explicarle a Suzume donde podría mejorar. Aquello provoco una reacción sobre el muelle balanceándola hacia atrás, cosa que se repitió con un lento periodo en el pequeño balancín. Poco a poco, eso la saco de prestar atención al combate.
Era un vaivén lento y pausado, pero algo en el interior de la morena se removía. Aquella niña pequeña que fue privada de toda diversión desde una edad tan tierna, en pos de que se volviera una mujer capaz de llevar adelante el gran negocio familiar, y tal vez algo más si era capaz. Sus mejillas volvieron a tomar un color rosado mientras esta se centró mirando el pequeño muñeco, abriendo muy poco su pequeña boca en señal de asombro.
Shiba la trajo de vuelta, cuando se dirigió a ella, pero tardaría un poco en terminar de reaccionar por lo que podrían verla moverse un poco en el caballito.
— ¿Eh? ¿Qué? — Soltó los manillares, y rapidamente fue a recoger su espada que yacia en el suelo, bajandose con total facilidad—. B-Bueno, no creo que haya problema si estas un rato. Pero no puedes quedarte a dormir, sino puede que tengamos un problema
¡Gracias a Ranko por el avatar!