5/05/2022, 18:54
Toshio continuaba abrazando a Kinumi, sin siquiera plantearse soltarla durante todo ese tiempo. Lo que sí que se estaba planteando era si debía siquiera abrir esa gran bocota suya, pues sabía que no hacía más que liarla cada vez que hablaba. Era prácticamente su don.
Le acarició la cabeza con suavidad una vez más, antes de darle un beso en la frente y abrazarla un poco más fuerte. Quizás un poco más fuerte de lo que debería abrazar a una persona herida.
— Me alegro mucho de que estés aquí, Kinumi-chan.
No sabía cómo se sentiría al escuchar eso. Quizás no era lo que quería escuchar, quizás sí, pero sin duda era lo que Toshio sentía, y necesitaba que ella lo supiese.
Le acarició la cabeza con suavidad una vez más, antes de darle un beso en la frente y abrazarla un poco más fuerte. Quizás un poco más fuerte de lo que debería abrazar a una persona herida.
— Me alegro mucho de que estés aquí, Kinumi-chan.
No sabía cómo se sentiría al escuchar eso. Quizás no era lo que quería escuchar, quizás sí, pero sin duda era lo que Toshio sentía, y necesitaba que ella lo supiese.