9/05/2022, 20:06
La chica parecía recuperar las fuerzas poco a poco. Eso, o bien su entusiasmo en el tema que conversaban era atroz. Sendas cosas podían ser la raíz, pero al menos era consciente de lo que Hayato le quería transmitir. Era todo un alivio, porque había por ahí gente que no entendía sus propios límites, y eso era una lucha perdida. La chica terminó por sentarse, y devolvió la pregunta a Siete.
—Pues... —El Senju no sabía ni cómo explicarlo, pero había una manera sencilla. —En mi caso, no es por un motivo tan noble. Quiero volverme fuerte, y darle la paliza de su vida a un tipo. Quiero que sufra tanto o más como ha hecho sufrir a otros.
Y por suerte o por desgracia, estaba a medio camino de lograrlo. Al menos eso quería pensar, porque confiaba en la palabra del Uzukage.
—Un día hasta llegué a pensar que mi afinidad elemental proviene de mi odio hacia ese hombre, de mis ganas de verlo arder en el infierno...
»Así que siento desilusionarte, la verdad es esa, y decorarla no la cambia.
«¿Quizás me he pasado?»
—Pues... —El Senju no sabía ni cómo explicarlo, pero había una manera sencilla. —En mi caso, no es por un motivo tan noble. Quiero volverme fuerte, y darle la paliza de su vida a un tipo. Quiero que sufra tanto o más como ha hecho sufrir a otros.
Y por suerte o por desgracia, estaba a medio camino de lograrlo. Al menos eso quería pensar, porque confiaba en la palabra del Uzukage.
—Un día hasta llegué a pensar que mi afinidad elemental proviene de mi odio hacia ese hombre, de mis ganas de verlo arder en el infierno...
»Así que siento desilusionarte, la verdad es esa, y decorarla no la cambia.
«¿Quizás me he pasado?»