12/05/2022, 14:35
Con todo preparado, los dos genin corrieron a toda velocidad por las calles de la villa hasta llegar a casa de la Uchiha. Durante el camino, Toshio mantuvo la boca cerrada para variar y le siguió el paso de cerca a Kinumi, vigilándola. Le parecía sorprendente que se encontrase tan bien como para correr cuando ayer estaba... bueno, como estaba. Aún así, y a pesar de que la chica pareciese estar bien, las preocupaciones del herrero no se desvanecían.
— Oye, Kinumi-chan. —Le llamó la atención cuando ya tenían la casa a la vista—. ¿Para qué venimos aquí? ¿Tu padre no se habrá marchado ya?
— Oye, Kinumi-chan. —Le llamó la atención cuando ya tenían la casa a la vista—. ¿Para qué venimos aquí? ¿Tu padre no se habrá marchado ya?