13/05/2022, 16:52
—¡Pues intentaré lo de los dos besos la próxima vez! —dijo con suma alegría y una risita. Y lo que le hizo reír más fue lo de poder partirle un hueso. Y no era que Shiba no pudiera, era sólo que le daba un poco de gracia ver a tal hada flamígera hablar de destrucción. —. ¡Oh, ahora que Shiba-san y Saki-senpai me lo han dicho, nada me detendrá!
La noche cayó como un manto, pero ellas ya estaban en su hotel. Movieron las camas hacia un lado de la habitación para dejar todo el espacio libre posible para bailar.
Y bailaron.
Suzume le enseñó a Shiba algunos pasos, y Saki otros, más elegantes, como los haría un noble. Las chicas se divirtieron, aunque Saki no lo demostrara en su expresión, y Suzume insistió en que siguieran bailando hasta tan tarde en la noche que concluyó que "¡No podían dejar a la pobre Shiba ir sola tan tarde!" Insistió tanto que Saki no tuvo más opción que aceptar, ante los gritos emocionados de las dos pelirrojas.
Y siguieron bailando.
La noche cayó como un manto, pero ellas ya estaban en su hotel. Movieron las camas hacia un lado de la habitación para dejar todo el espacio libre posible para bailar.
Y bailaron.
Suzume le enseñó a Shiba algunos pasos, y Saki otros, más elegantes, como los haría un noble. Las chicas se divirtieron, aunque Saki no lo demostrara en su expresión, y Suzume insistió en que siguieran bailando hasta tan tarde en la noche que concluyó que "¡No podían dejar a la pobre Shiba ir sola tan tarde!" Insistió tanto que Saki no tuvo más opción que aceptar, ante los gritos emocionados de las dos pelirrojas.
Y siguieron bailando.