14/05/2022, 13:40
Shukaku seguía disfrutando de su entretenimiento. disfrutaba con el dolor ajeno, con haberme arrebatado aquella seña de identidad que me convertía en Uchiha. Básicamente con mi sufrimiento y, por qué no admitirlo, también con mi impotencia. Así parecía ser él. Y entonces recordé las palabras e Datsue en el puto despacho. Que tuviera cuidado. Que si estaba seguro de acceder al supuesto entrenamiento de Shukaku. ahora entendía las reservas del Uzukage. Pero no había marcha atrás. El propio bijū había accedido a mostrar algo de compasión y si acertaba un golpe me haría un contrasellado.
«Vamos allá entonces»
Mi mano izquierda dibujó el sello del carnero y empecé a correr de boca hasta la falsa figura de Datsue esta vez con la pierna en llamas con la cual daría una patada en los huevos, luego se incendiaría el brazo y buscaría darte un golpe en su mandíbula.
«Vamos allá entonces»
Mi mano izquierda dibujó el sello del carnero y empecé a correr de boca hasta la falsa figura de Datsue esta vez con la pierna en llamas con la cual daría una patada en los huevos, luego se incendiaría el brazo y buscaría darte un golpe en su mandíbula.