14/05/2022, 15:27
(Última modificación: 14/05/2022, 15:28 por Uchiha Datsue.)
Se sintió extraño, entrechocando puños con Yota. Hacía tan solo unos días —aunque parecía que hubiese pasado ya una eternidad—, estaba amenazándole con cortarle un dedo, torturándole en ilusiones y hasta a punto de rebanarle el pescuezo cuando Kintsugi no accedió al pago por el rescate.
Las palabras volvieron a resonar en su mente, mofándose de él. Dolían. Dolían demasiado porque eran demasiado certeras. Incluso el maldito Yota se envalentonaba y le dejaba atrás. Zaide chasqueó la lengua. En aquellos momentos, pagaría una barbaridad por un gramo de omoide. Joder, con solo un chute bastaría para recordar tiempos mejores. Para volver a sentirse como antaño. Para volver a serlo.
—Qué hago con mi puta vida —farfulló, en voz baja, siguiendo al kusajin.
A ese punto había llegado: a seguir a su propio rehén. Si el Kirin le hubiese alcanzado, habría tenido al menos un digno final. Pero, joder, la Sombra no dejaba de ser su propio reflejo. Y él era tan patético que ni eso podía hacer. Lo había intentado ya en el pasado. Había intentado poner fin a su vida. Y ni eso había sido capaz de hacer.
«Lucho porque te des cuenta de que tu vida no tiene sentido»
Las palabras volvieron a resonar en su mente, mofándose de él. Dolían. Dolían demasiado porque eran demasiado certeras. Incluso el maldito Yota se envalentonaba y le dejaba atrás. Zaide chasqueó la lengua. En aquellos momentos, pagaría una barbaridad por un gramo de omoide. Joder, con solo un chute bastaría para recordar tiempos mejores. Para volver a sentirse como antaño. Para volver a serlo.
—Qué hago con mi puta vida —farfulló, en voz baja, siguiendo al kusajin.
A ese punto había llegado: a seguir a su propio rehén. Si el Kirin le hubiese alcanzado, habría tenido al menos un digno final. Pero, joder, la Sombra no dejaba de ser su propio reflejo. Y él era tan patético que ni eso podía hacer. Lo había intentado ya en el pasado. Había intentado poner fin a su vida. Y ni eso había sido capaz de hacer.