17/05/2022, 20:21
(Última modificación: 17/05/2022, 20:21 por Senju Hayato.)
Tras el prolongado y reconfortante abrazo, la chica terminó separándose. Pero no lo hizo del todo, pues acto casi seguido tomó al peliblanco por los hombros, para preguntarle si tenía hambre. Alegó que podían entrar dentro, y así podría ayudarla con la teoría, lugar donde también parecía irle regular.
—Si, está bien, tenemos tiempo para comer algo y repasar lo otro. —Sentenció, refiriéndose con "lo otro" a la teoría.
Apenas contestar, la chica le ofreció la mano para levantarse, y Siete la aceptó sin dudar siquiera un segundo. Con la ayuda, y un poco de impulso, el chico se puso en pie casi sin esfuerzo. Tras levantarse, ambos comenzaron a caminar dirección a la entrada, atravesando todo ese inmenso patio. La chica comenzó a buscar nuevamente las llaves, o eso pudo suponer el Senju al verla buscar avanzando hacia la puerta. La chica, antes de encontrarlas, y evidentemente antes de abrir, preguntó curiosa si la naturaleza del chakra tenía algo que ver con la personalidad.
La verdad, a eso ni el mismísimo sabio de los cinco caminos podía responder con certeza, era una pregunta tan complicada como la propia existencia del universo. Podía darle una respuesta de libro, pero incluso sería más lioso que una explicación simplificada, influida por los comentarios de muchos.
—Eso dicen. Hay muchos shinobis que piensan que todos nacemos con la capacidad de moldear el chakra, y transformarlo en una naturaleza. Pero como sabes, hay muchos que ni siquiera aprenden a lo largo de toda una vida a controlar el chakra. Nadie sabe con certeza si es cierto, pero si que hay una predisposición, una posibilidad mayor de aprender si es un elemento al que somos afines... es como que tu cuerpo te lo pide. Ya sea como primera, segunda o tercera naturaleza, siempre terminamos con una afinidad elemental con la que estamos más cómodos.
»Pero en algunos libros se limitan a decir que es pura genética, o incluso que es cosa del lugar a donde perteneces... A saber cuál es la respuesta más precisa.
—Si, está bien, tenemos tiempo para comer algo y repasar lo otro. —Sentenció, refiriéndose con "lo otro" a la teoría.
Apenas contestar, la chica le ofreció la mano para levantarse, y Siete la aceptó sin dudar siquiera un segundo. Con la ayuda, y un poco de impulso, el chico se puso en pie casi sin esfuerzo. Tras levantarse, ambos comenzaron a caminar dirección a la entrada, atravesando todo ese inmenso patio. La chica comenzó a buscar nuevamente las llaves, o eso pudo suponer el Senju al verla buscar avanzando hacia la puerta. La chica, antes de encontrarlas, y evidentemente antes de abrir, preguntó curiosa si la naturaleza del chakra tenía algo que ver con la personalidad.
La verdad, a eso ni el mismísimo sabio de los cinco caminos podía responder con certeza, era una pregunta tan complicada como la propia existencia del universo. Podía darle una respuesta de libro, pero incluso sería más lioso que una explicación simplificada, influida por los comentarios de muchos.
—Eso dicen. Hay muchos shinobis que piensan que todos nacemos con la capacidad de moldear el chakra, y transformarlo en una naturaleza. Pero como sabes, hay muchos que ni siquiera aprenden a lo largo de toda una vida a controlar el chakra. Nadie sabe con certeza si es cierto, pero si que hay una predisposición, una posibilidad mayor de aprender si es un elemento al que somos afines... es como que tu cuerpo te lo pide. Ya sea como primera, segunda o tercera naturaleza, siempre terminamos con una afinidad elemental con la que estamos más cómodos.
»Pero en algunos libros se limitan a decir que es pura genética, o incluso que es cosa del lugar a donde perteneces... A saber cuál es la respuesta más precisa.