25/05/2022, 22:58
Casi pareció explotar la joven, incluso hinchó los carrillos por unos segundos. Pero no llegó a hacerlo, pues Siete le explicó que él también se tomó su tiempo para tener soltura con esa técnica "sencilla". Realmente no entendía porqué la consideraban tal como sencilla, pues a los novatos normalmente le costaba mil horrores usarla de manera medio decente. Era un auténtico reto, eso sí que era cierto, y por ello examinaban con su uso quizás. Si llegabas a aprender a usar la clonación básica, podías aprender cualquier otra técnica, obviamente tomándote un tiempo.
Sin embargo, la chica quedó un tanto dubitativa con el número. Era un número singular, tal y como su sobrenombre, aunque no tenían conexión alguna. No, el motivo por el cuál le llamaban siete era bien distinto, surgió por suerte o azar. Tras ello, el Senju propuso dar clases de manera constante por un tiempo, dando un horario fijo y tiempo para practicar lo que entrenasen. Así además de tomarse su tiempo para interiorizar las clases, podría organizar mejor sus preguntas. La chica pareció alegrarse, tanto que casi le parte los huesos en un extremadamente fuerte abrazo.
—N-no hay de qué... —dijo casi sin voz, ahogado por la presión.
Se notaba que esa chica no era como Hayato, y dedicaba unas buenas horas al día a entrenar su cuerpo. Tenía más fuerza que un oso panda, y abrazaba como tal. Era todo un alivio tenerla de su lado, en vez de en su contra.
Sin embargo, la chica quedó un tanto dubitativa con el número. Era un número singular, tal y como su sobrenombre, aunque no tenían conexión alguna. No, el motivo por el cuál le llamaban siete era bien distinto, surgió por suerte o azar. Tras ello, el Senju propuso dar clases de manera constante por un tiempo, dando un horario fijo y tiempo para practicar lo que entrenasen. Así además de tomarse su tiempo para interiorizar las clases, podría organizar mejor sus preguntas. La chica pareció alegrarse, tanto que casi le parte los huesos en un extremadamente fuerte abrazo.
—N-no hay de qué... —dijo casi sin voz, ahogado por la presión.
Se notaba que esa chica no era como Hayato, y dedicaba unas buenas horas al día a entrenar su cuerpo. Tenía más fuerza que un oso panda, y abrazaba como tal. Era todo un alivio tenerla de su lado, en vez de en su contra.