27/05/2022, 20:35
Natsu terminó agarrando a Siete por los hombros, con una incandescente sonrisa entre labios. Según sentenciaba, se había decidido. En un principio el chico no entendía nada, pero su antagonista no tardaría en expresarse. Al parecer, como había sido tan bueno con ella, ella le devolvería el favor. Le preguntó si sabía donde quedaba el gimnasio de su familia. Lo raro sería no saberlo, pues era uno de los más famosos de Uzu. Antes de que Hayato contestase siquiera, la chica aclaró que si pasaba por allí, ella le ayudaría encantada.
Hayato no pudo contener la sonrisa, que casi se convierte en una carcajada. Sin duda alguna, no era ni la primera ni la última persona que lo veía y pensaba: A ese chico le falta comer. Tan delgado como una ramita, todos le buscaban una rutina de ejercicios, dietas, y mil cosas... Pero, a veces la genética es así de cabrona. Por más que comiese, siempre andaba en ese peso y con esa constitución. Hubo un tiempo en el que quiso ser más fuerte que ese ninja de cómic que se vuelve verde y gigante cuando se enfada. Pero descubrió que como mucho ganaba un kilo de masa muscular, y el resto seguía igual. Entrenar el físico era una pérdida de tiempo para él.
—Muchas gracias, Natsu. —En realidad, no quería ser desagradable. —Pero te advierto que mi cuerpo no coge músculo ni aunque me lo tiren a la cara... jajaja.
Quizás, solo quizás, algún día comenzaba a ir al gimnasio con ella. Después de todo, también podía entrenar su resistencia y agilidad, un gimnasio no es solo para levantar hierros, ¿no?.
Hayato no pudo contener la sonrisa, que casi se convierte en una carcajada. Sin duda alguna, no era ni la primera ni la última persona que lo veía y pensaba: A ese chico le falta comer. Tan delgado como una ramita, todos le buscaban una rutina de ejercicios, dietas, y mil cosas... Pero, a veces la genética es así de cabrona. Por más que comiese, siempre andaba en ese peso y con esa constitución. Hubo un tiempo en el que quiso ser más fuerte que ese ninja de cómic que se vuelve verde y gigante cuando se enfada. Pero descubrió que como mucho ganaba un kilo de masa muscular, y el resto seguía igual. Entrenar el físico era una pérdida de tiempo para él.
—Muchas gracias, Natsu. —En realidad, no quería ser desagradable. —Pero te advierto que mi cuerpo no coge músculo ni aunque me lo tiren a la cara... jajaja.
Quizás, solo quizás, algún día comenzaba a ir al gimnasio con ella. Después de todo, también podía entrenar su resistencia y agilidad, un gimnasio no es solo para levantar hierros, ¿no?.