9/07/2022, 14:05
— ¿Y como es? O sea, si hay testimonios sobre él y no lo habéis encontrado, supongo que ocultará su rostro o algo por el estilo.
León hizo una mueca de "oooooooooooobvio".
— Una mascara de Tengu completamente pintada de negro. Además de un kimono y un hakama también negro. Siempre lleva una katana consigo, de vaina negra, claro, pero nunca la ha desenvainado ni usado. Aunque una vez golpeó a uno con la vaina. Todo esto lo sabemos por los que ataca, que son los que pueden verle de cerca. Tiene una larga cabellera negra y... Y creo que ya está. Oh, lleva una especie de guanteletes reforzados, con ellos es con lo que da palizas.
Se quedó un segundo pensando si había algo más de su aspecto que tuviese que discutir.
— Bueno, el mundillo de los combates clandestinos es practicamente nocturno y si un luchador de los suyos desapareciese cada noche se darían cuenta, así que descartamos eso.
La puerta se abrió de nuevo y Guinea apareció con la lista en la mano. Era un simple trozo de papel con los nombres de los testigos.
— La jefa ha dicho que información la que quieras pero que no puede destinar recursos a esta investigación. Y que el Vigilante ha cavado su propia tumba.
Le dedicó una mirada a León y éste volvió a su puesto sin decir nada pero claramente molesto con su superior.
León hizo una mueca de "oooooooooooobvio".
— Una mascara de Tengu completamente pintada de negro. Además de un kimono y un hakama también negro. Siempre lleva una katana consigo, de vaina negra, claro, pero nunca la ha desenvainado ni usado. Aunque una vez golpeó a uno con la vaina. Todo esto lo sabemos por los que ataca, que son los que pueden verle de cerca. Tiene una larga cabellera negra y... Y creo que ya está. Oh, lleva una especie de guanteletes reforzados, con ellos es con lo que da palizas.
Se quedó un segundo pensando si había algo más de su aspecto que tuviese que discutir.
— Bueno, el mundillo de los combates clandestinos es practicamente nocturno y si un luchador de los suyos desapareciese cada noche se darían cuenta, así que descartamos eso.
La puerta se abrió de nuevo y Guinea apareció con la lista en la mano. Era un simple trozo de papel con los nombres de los testigos.
— La jefa ha dicho que información la que quieras pero que no puede destinar recursos a esta investigación. Y que el Vigilante ha cavado su propia tumba.
Le dedicó una mirada a León y éste volvió a su puesto sin decir nada pero claramente molesto con su superior.