10/07/2022, 19:22
Incluso con solo vagar por las calles podría oír alguna que otra cosa sobre lo sucedido ultimamente en la ciudad. Dos señoras que caminaban por la calle, dos niños que corrían mientras uno gritaba que era el gran Vigilante Nocturno, todos parecían tener ese tema en sus mentes y en sus bocas.
Al parecer, conocidas al público había dos grandes apariciones, aparte de la que hizo durante el día. El resto habían sido actuaciones limpias, sin testigos y sin que la victima viese más que la mascara de Tengu. Eso despertaba todo tipo de rumores en la gente. El más concurrido que se trataba de un demonio despertado por la mala vida de la ciudad. Por ello, los propietarios de locales de alterne estaban contrariados y ofrecían ellos mismos recompensas por el enmascarado.
Por contra, algunos locales legales cansados de la actividad ilicita de la noche apoyaban abiertamente al Vigilante. Decían sentirse más seguros y afirmaban que lo que hacía era más que justo.
Ahora era como poco conflictivo hablar del tema. Unos aclamaban que era un peligro para todos mientras que otros decían que todo era un movimiento de la mafia para desacreditar a su justiciero.
En su paseo, esa era la información que Ren había conseguido. Además de ver un par de lugares que le llamaban la atención. El local de los Lirios rojos, un curioso restaurante en compañía, o eso decía el cartel, y el gimnasio de la Jungla azul, donde parecía haber gente entrenando fuese cual fuese la hora en la que pasase la kunoichi.
Al parecer, conocidas al público había dos grandes apariciones, aparte de la que hizo durante el día. El resto habían sido actuaciones limpias, sin testigos y sin que la victima viese más que la mascara de Tengu. Eso despertaba todo tipo de rumores en la gente. El más concurrido que se trataba de un demonio despertado por la mala vida de la ciudad. Por ello, los propietarios de locales de alterne estaban contrariados y ofrecían ellos mismos recompensas por el enmascarado.
Por contra, algunos locales legales cansados de la actividad ilicita de la noche apoyaban abiertamente al Vigilante. Decían sentirse más seguros y afirmaban que lo que hacía era más que justo.
Ahora era como poco conflictivo hablar del tema. Unos aclamaban que era un peligro para todos mientras que otros decían que todo era un movimiento de la mafia para desacreditar a su justiciero.
En su paseo, esa era la información que Ren había conseguido. Además de ver un par de lugares que le llamaban la atención. El local de los Lirios rojos, un curioso restaurante en compañía, o eso decía el cartel, y el gimnasio de la Jungla azul, donde parecía haber gente entrenando fuese cual fuese la hora en la que pasase la kunoichi.