19/07/2022, 14:48
— A menos que sea un gato bien grande, de alguna que otra tonelada y dos colas, no creo que me interese
El viejo volvió a reirse.
— Todos los gatos que conozco tienen dos colas, la de delante y la de detrás. Y que pese toneladas, ¡ya puede estar gordo el gato! Y los huevos como montañas.
— Ahora en serio. ¿No hay nadie apodado aquí como "El Tigre Azul"? Me dijeron que podía encontrarlo aquí, tan solo quiero hacerle un par de preguntas
En un instante, deshizo su sonrisa.
— ¿Pero no te he dicho ya que no? Además, habría que ser muy melón y rematadamente idiota para ponerse un apodo tan estúpido. Y encima hacer de este gimnasio el hazmerreir de la comunidad internacional de deporte. ¡El apodo le quedaría de puta madre! ¡Porque hay que ser animal para ponerselo! — se calmó a una velocidad extraordinariamente rápida y volvió a enfocar su mirada en Ren. — Así que no, no conozco a ningún Tigreton.
Tras el desahogo del viejo, un hombre apareció detrás de Ren, había venido de los sacos. Estaba con una camiseta de tirantes negra toda sudada y unos pantalones cortos. Aún tenía puesto uno de los guantes de boxeo. Tenía el pelo corto y blanco y los ojos de azul aún más brillante y claro que el de Ren. Su constitución era fuerte, como se esperaría de un deportista de elite como él.
— ¿Qué te pasa, viejo? ¿No ves que hay gente intentando entrenar?
— Tú me pasas, alcornoque. Este era un sitio respetable y ahora vienen preguntando por el puto Tigre Azul. ¿Sabes como llaman a Kenji? ¡La Garrapata Azul! Me cago en tu boca. — parecía estar enfadado, pero pasó de inmediato a su crucigrama tras haberse quedado a gusto.
— Siempre lloriqueando, jubilate de una vez o cambia el nombre al gimnasio, pero dejame en paz. — se rascó la nuca con la mano libre y se giró a Ren. — ¿Qué pasa?
El viejo volvió a reirse.
— Todos los gatos que conozco tienen dos colas, la de delante y la de detrás. Y que pese toneladas, ¡ya puede estar gordo el gato! Y los huevos como montañas.
— Ahora en serio. ¿No hay nadie apodado aquí como "El Tigre Azul"? Me dijeron que podía encontrarlo aquí, tan solo quiero hacerle un par de preguntas
En un instante, deshizo su sonrisa.
— ¿Pero no te he dicho ya que no? Además, habría que ser muy melón y rematadamente idiota para ponerse un apodo tan estúpido. Y encima hacer de este gimnasio el hazmerreir de la comunidad internacional de deporte. ¡El apodo le quedaría de puta madre! ¡Porque hay que ser animal para ponerselo! — se calmó a una velocidad extraordinariamente rápida y volvió a enfocar su mirada en Ren. — Así que no, no conozco a ningún Tigreton.
Tras el desahogo del viejo, un hombre apareció detrás de Ren, había venido de los sacos. Estaba con una camiseta de tirantes negra toda sudada y unos pantalones cortos. Aún tenía puesto uno de los guantes de boxeo. Tenía el pelo corto y blanco y los ojos de azul aún más brillante y claro que el de Ren. Su constitución era fuerte, como se esperaría de un deportista de elite como él.
— ¿Qué te pasa, viejo? ¿No ves que hay gente intentando entrenar?
— Tú me pasas, alcornoque. Este era un sitio respetable y ahora vienen preguntando por el puto Tigre Azul. ¿Sabes como llaman a Kenji? ¡La Garrapata Azul! Me cago en tu boca. — parecía estar enfadado, pero pasó de inmediato a su crucigrama tras haberse quedado a gusto.
— Siempre lloriqueando, jubilate de una vez o cambia el nombre al gimnasio, pero dejame en paz. — se rascó la nuca con la mano libre y se giró a Ren. — ¿Qué pasa?