22/07/2022, 22:24
Hido bufó y esbozó una media sonrisa que desapareció tan rápido cómo había aparecido. Se volteó un segundo para contener sus emociones y entonces volvió a encarar a Ren.
— Mira, mis chicos no son santos. La mayoría cometemos errores, pero no somos putos bandidos sin ley. El viejo que has visto en la recepción abrió este gimnasio para darle una segunda oportunidad a esos chavales. Chicos cabreados con la vida por ser injusta con ellos que se descarriaron.
Antes de darse cuenta ya estaba de pie tras el escritorio, dando golpecitos con el indice al mueble para enfatizar su punto.
— Ahora somos profesionales, deportistas. Pero claro, explicale eso a los ninjas. Los siempre rectos y legales ninjas. El chico al que apalizó vino una semana antes a mí. Se había encontrado una cartera en el suelo y cuando la entregó a las autoridades ¡lo intentaron detener! Les tengo dicho que vengan a mí directamente en vez de a ellos, pero se confían. Confían demasiado en el sistema y pasan estas cosas. Seguro que el psicopata ese escuchó algo y se precipitó.
Volvió a sentarse, cruzandose de brazos y convencido de haber demostrado su punto.
— No tengo ni idea de quien era. Veo a mucha gente a diario, era del barrio, claro, pero no lo conocía personalmente. Si quieres encontrar a ese desgraciado, busca a la perra de Kiara, estoy convencido de que es un matón de los suyos. Además, la treatalidad y el drama siempre han sido su punto fuerte.
Estaba claro que estaba calentandose cada vez más con el tema.
— Mira, mis chicos no son santos. La mayoría cometemos errores, pero no somos putos bandidos sin ley. El viejo que has visto en la recepción abrió este gimnasio para darle una segunda oportunidad a esos chavales. Chicos cabreados con la vida por ser injusta con ellos que se descarriaron.
Antes de darse cuenta ya estaba de pie tras el escritorio, dando golpecitos con el indice al mueble para enfatizar su punto.
— Ahora somos profesionales, deportistas. Pero claro, explicale eso a los ninjas. Los siempre rectos y legales ninjas. El chico al que apalizó vino una semana antes a mí. Se había encontrado una cartera en el suelo y cuando la entregó a las autoridades ¡lo intentaron detener! Les tengo dicho que vengan a mí directamente en vez de a ellos, pero se confían. Confían demasiado en el sistema y pasan estas cosas. Seguro que el psicopata ese escuchó algo y se precipitó.
Volvió a sentarse, cruzandose de brazos y convencido de haber demostrado su punto.
— No tengo ni idea de quien era. Veo a mucha gente a diario, era del barrio, claro, pero no lo conocía personalmente. Si quieres encontrar a ese desgraciado, busca a la perra de Kiara, estoy convencido de que es un matón de los suyos. Además, la treatalidad y el drama siempre han sido su punto fuerte.
Estaba claro que estaba calentandose cada vez más con el tema.