18/08/2022, 23:41
Yuki ladeó la cabeza, levemente confundida. ¿Acaso no se había explicado bien? Sabía que hablar no era uno de sus fuertes, pero aquella vez podría haber jurado que había conseguido hacer llegar su mensaje.
— Que vamos a entrenarte. —Respondió—. En cuanto te quites... eso. No puedo entrenarte mientras lleves puesta su ropa.
Dicho aquello, la jōnin se sentaría en el sofá, esperando a que Kinumi se cambiase de ropa, o se quitase la camiseta, o que hiciese lo que quisiera hacer antes de entrenar.
— Puedes contarme todo lo que sepas mientras entrenamos. Date prisa.
— Que vamos a entrenarte. —Respondió—. En cuanto te quites... eso. No puedo entrenarte mientras lleves puesta su ropa.
Dicho aquello, la jōnin se sentaría en el sofá, esperando a que Kinumi se cambiase de ropa, o se quitase la camiseta, o que hiciese lo que quisiera hacer antes de entrenar.
— Puedes contarme todo lo que sepas mientras entrenamos. Date prisa.