La Cortesía

[Kaminari Kimi]

— No. Te ayudo. Ya calentaré luego. —Y, efectivamente, no se tomó un "no" por respuesta.

— Déjala traer el agua sola. —Le dijo Kira—. Que si no, luego se va a sentir mal.

Aún así, Kimi acompañó a su hermana. No había manera de que trajese agua, hielo y vasos en un solo viaje, y no la iba a tener dando varios viajes por ella, tampoco.

Al llegar a la cocina, las Kaminari pudieron encontrarse con su padre, que estaba cocinando el desayuno mientras su padre vertía agua sobre cuatro vasos que tenía en una bandeja, mientras su padre estaba sentado en una silla, con cuatro Iaito envainadas y colocadas encima de una mesa.

— Buenos días ¿cómo amanecieron? —Las saludó el Raijin que estaba sentado, con aquella pregunta que a la vez quería decir "¿cómo tienes el brazo, Chika?"

— ¡Bien! —Le respondió Kimi, con una sonrisa.

Como siempre, fue Raijin quien se acercó a darle un abrazo a la chiquilla, que siempre mostraba más respeto que cariño.

— Me alegro. —Dijo abrazándola y dándole un beso en la frente.

En cuanto Chika respondiese recibiría exactamente el mismo cariño por parte de su padre.