20/08/2022, 23:44
Sea lo que sea que les estaba enseñando Raijin era algo relajado y fluido, justo lo que Chika se podía permitir en esos momentos. De hecho, pensó que probablemente le estaba saliendo tan bien porque estaba medio incapacitada, ya que de normal solía ser más tosca y tener menos cuidado.
Kira y Kimi lo habían pillado a la primera y seguían los movimientos a la perfección. Sin embargo, Chika no era una novata, tenía el mejor tipo de experiencia, la experiencia de la calle. Sabía que hacer lo que fuese entrenando era extremadamente facil. Estás tranquila, en un entorno seguro, imitando a tu sensei, todo sale fluido.
A la hora de la verdad, estarás en un campo de batalla, habrá bolas de fuego, bijuudamas y shurikens volando. En ese momento también tendrás que tener la capacidad de hacer todo lo que sabes hacer en entrenamiento. Eso era lo realmente complicado.
No diría nada. Ni siquiera mostraría una mueca al pensar en ello, pero era improbable que llevase aquella filosofia al combate fuera del dojo. No se veía capaz de hacerlo ni en la necesidad. Nada que un buen lariat no pudiese arreglar. Ella era simple y directa, como una patada giratoria voladora.
Mientras su mente estaba en sus dilemas personales, sus ojos estaban sobre Raijin y su cuerpo llevando a cabo los sutiles movimientos tal y como lo hacía su sensei.
Kira y Kimi lo habían pillado a la primera y seguían los movimientos a la perfección. Sin embargo, Chika no era una novata, tenía el mejor tipo de experiencia, la experiencia de la calle. Sabía que hacer lo que fuese entrenando era extremadamente facil. Estás tranquila, en un entorno seguro, imitando a tu sensei, todo sale fluido.
A la hora de la verdad, estarás en un campo de batalla, habrá bolas de fuego, bijuudamas y shurikens volando. En ese momento también tendrás que tener la capacidad de hacer todo lo que sabes hacer en entrenamiento. Eso era lo realmente complicado.
No diría nada. Ni siquiera mostraría una mueca al pensar en ello, pero era improbable que llevase aquella filosofia al combate fuera del dojo. No se veía capaz de hacerlo ni en la necesidad. Nada que un buen lariat no pudiese arreglar. Ella era simple y directa, como una patada giratoria voladora.
Mientras su mente estaba en sus dilemas personales, sus ojos estaban sobre Raijin y su cuerpo llevando a cabo los sutiles movimientos tal y como lo hacía su sensei.