23/08/2022, 19:48
(Última modificación: 23/08/2022, 19:50 por Tsukiyama Daigo. Editado 1 vez en total.)
Raijin pasó la mano por detrás de los hombros de su hija para abrazarla.
— ¿Quieres hablar de ello? —Y la verbalización se vino.
En momentos como aquel, Raijin recordaba lo fácil que había sido todo hasta ahora. Cuando había adoptado a Kimi ya era prácticamente perfecta, y Chika siempre había sido buena. No podía recordar la última vez que cualquiera de ellas le había dado problemas y, la verdad, dudaba de que hubiese sucedido una última vez siquiera, o una primera.
Esa calma había terminado, lo sabía, pero no se iba a rendir con esos chicos. Era su deber cuidar de ellos igual que lo ha estado haciendo con Kimi y Chika.
— ¿Quieres hablar de ello? —Y la verbalización se vino.
En momentos como aquel, Raijin recordaba lo fácil que había sido todo hasta ahora. Cuando había adoptado a Kimi ya era prácticamente perfecta, y Chika siempre había sido buena. No podía recordar la última vez que cualquiera de ellas le había dado problemas y, la verdad, dudaba de que hubiese sucedido una última vez siquiera, o una primera.
Esa calma había terminado, lo sabía, pero no se iba a rendir con esos chicos. Era su deber cuidar de ellos igual que lo ha estado haciendo con Kimi y Chika.