1/09/2022, 18:52
Y allí se quedó Chika. No hasta que le dio hambre, sino hasta que alguien vino para decirle algo.
Durante media hora, la Kaminari se quedó allí sola con el silencio, la lluvia y el desayuno misterioso que Raijin había dejado a su lado. Demasiado deprimida como para sentir hambre, ni comió ni se movió durante todo ese tiempo hasta que la vio. Pasando por la puerta del patio de su casa, Chika pudo ver a Kira regresar. Lo peor de todo era que no fue dentro de casa, sino que empezó a andar hasta Chika, que estaba sentada en la entrada exterior del dojo.
Si esperaba a que llegase, la Kaminari vería a su hermana detenerse de pie justo frente a ella, empapada, recta, con ambos puños cerrados a sus costados con fuerza, el ceño fruncido y una quemadura en la mejilla izquierda. Durante unos segundos se quedó allí parada, apretando los dientes y los puños con tanta fuerza que le temblaba la mano derecha.
— No sé qué coño te dije para que te pusieras así. —Acabó por decirle—. Pero lo siento ¿vale?
Durante media hora, la Kaminari se quedó allí sola con el silencio, la lluvia y el desayuno misterioso que Raijin había dejado a su lado. Demasiado deprimida como para sentir hambre, ni comió ni se movió durante todo ese tiempo hasta que la vio. Pasando por la puerta del patio de su casa, Chika pudo ver a Kira regresar. Lo peor de todo era que no fue dentro de casa, sino que empezó a andar hasta Chika, que estaba sentada en la entrada exterior del dojo.
Si esperaba a que llegase, la Kaminari vería a su hermana detenerse de pie justo frente a ella, empapada, recta, con ambos puños cerrados a sus costados con fuerza, el ceño fruncido y una quemadura en la mejilla izquierda. Durante unos segundos se quedó allí parada, apretando los dientes y los puños con tanta fuerza que le temblaba la mano derecha.
— No sé qué coño te dije para que te pusieras así. —Acabó por decirle—. Pero lo siento ¿vale?