7/09/2022, 16:52
La pregunta de Ayame hizo que los ojos de Suzume se iluminaran. Cuando le pasó la libreta, la pelirroja escribió con muchos ánimos. Se tomó su tiempo para hacer dibujitos de nuevo, y le mostró la nota a la otra chica.
Suzume se encogió de hombros, aunque la mirada de sus ojos violeta era insistente, como si exigiera un Sí por parte de Ayame. Su sonrisa amplia y cálida le animaba también.
«¡No te preocupes! Ya vendrán de nuevo, las palabras siempre regresan!
¡Y sí! Me gusta tanto escribir canciones como cantarlas. ¡También toco!
A veces tengo presentaciones en algunos sitios de Amegakure. ¡Podrías venir, si quieres!
Si te gusta la música y el canto, digo...»
¡Y sí! Me gusta tanto escribir canciones como cantarlas. ¡También toco!
A veces tengo presentaciones en algunos sitios de Amegakure. ¡Podrías venir, si quieres!
Si te gusta la música y el canto, digo...»
Suzume se encogió de hombros, aunque la mirada de sus ojos violeta era insistente, como si exigiera un Sí por parte de Ayame. Su sonrisa amplia y cálida le animaba también.