9/09/2022, 15:49
Al entrar en la casa se encontró con una escena curiosa. Ryō y Kenshin jugaban a cartas mientras Momo miraba. Eso no era extraño, lo extraño era que no estaba para nada segura de qué estaban jugando. Había una pila de cartas en el medio y Kenshin acababa de decir algo de pescar.
— Hola. ¿A qué estais jugando? — pregunto sin sentarse siquiera.
Solo se acercó un poco para ver si podía ayudar, pues parecía que ni sabían lo que hacían. A menudo esos chicos simplemente parecían un cachorro al que llamas para darle de comer y solo se te queda mirando, sin entender qué es la vida ni qué le intentas decir.
— Hola. ¿A qué estais jugando? — pregunto sin sentarse siquiera.
Solo se acercó un poco para ver si podía ayudar, pues parecía que ni sabían lo que hacían. A menudo esos chicos simplemente parecían un cachorro al que llamas para darle de comer y solo se te queda mirando, sin entender qué es la vida ni qué le intentas decir.