14/02/2016, 14:33
-Sasagani Yota, del clan Kuromibojin-
¿Qué más daba que le dijese el nombre del clan? Por mucho que investigase nunca encontraría información acerca de la Kuromibojin ni de mi bendición. Era lo más parecido a un clan inventado por un listillo, aunque en realidad existíamos, teníamos nuestras habilidades y nuestras metas, aunque lo manteníamos en secreto. Por el bien de la misión.
-Bien, pues vamos, cuanto antes veamos a ese médico mejor...-
Hice un ademán con la mano para que bajase de ese árbol y fuéramos en busca de ese asentamiento y de ese posible médico.
El tal Daruu no se ando con titubeos y descendió rápidamente de su posición privilegiada y echó a correr
-¡Espera!-
No se detuvo así que eché a correr por detrás suyo, siguiéndole hasta lo que fuese que había visto. En realidad no sabía ni siquiera lo que había visto. Quizás fuese el asentamiento que decía, igual era una trampa. Pero me fié de él como si fuera un niño cargado de inocencia.
Pero decía la verdad. Bueno, a medias. No encontramos un asentamiento, sino una casa en medio de la nada con las paredes de madera y un tejado de paja. Me sentí algo aliviado cuando vimos que se podía leer las letras doctor en aquel cartel que indicaba que allí habitaba un médico.
-Vale, hemos tenido suerte..-
No pude acabar de decir lo que tenía que decir hasta que salió el supuesto médico. Un tipo vestido con un simple taparrabos y el rostro escondido por una máscara que dibujaba un ciervo y aquella danza estúpida acompañada por esa rima fácil.
*Definitivamente prefiero las collejas de mamá a esto*
El hippie me agarro del brazo tras apartar al de Amegakure y tiro de mí hasta el interior de la choza hasta que me llevó a una sala donde había una camilla y una olla empañada. Me empujó nuevamente hasta sentarme en la camilla. Me costaba reaccionar ante lo que veía. Aquello debía ser un secreto entre Daruu y yo. Acabase como acabase, aquella experiencia no debía salir a la luz ¡Sería el hazmereir del clan! Y una vergüenza para mamá...
Entonces me fije, había un montón de utensilios muy raros, un lecho de paja y un armario que vete a saber tu que clase de drogas o cosas aún más raras debía contener.
Mis entrañas se retorcían a medida que iba viendo y asimilando todo lo que nos rodeaba.
Aquello había sido la peor idea que podríamos haber tenido.
El chamán y Daruu hablaban pero yo solo oía aquella frase sacada de un libro de hechizos y aquel estúpido baile. En el fondo estaba terriblemente cagado.
—¿Seguro que no habrías preferido ir al médico de los dojos, o algo?
La voz de Daruu me sacó de mis pensamientos, de mi trance mientras el chamán hacia sus cosas
-Bueno, si hubiera sabido esto hubiese preferido las collejas de mamá-
Solté una risa nerviosa y de nuevo el viejo chilló.
Sacó un bote dispuesto a verter su contenido en un mortero.
*¡Arañas!*
Pero no pude reaccionar a tiempo. Poco a poco, les fue propinando golpes... cada vez resonaban más fuertes en mi cabeza, sentía su dolor y su sufrimiento como el mio propio. A partir de ese momento mi rostro cambiaría. Mis dientes se apretaron a consecuencia de la rigidez súbita de mi mandíbula, mis puños se apretaron tanto que mis nudillos se enblanquecieron y mi mirada, roja como la sangre, desprendía el más básico de los instintos, la rabia más pura y más básica que un humano puede sentir.
Me levanté como un resorte con todos los músculos de mi cuerpo tensos como una plancha de acero macizo dando un manotazo al mortero directo a la pared de madera rompiéndolo en mil pedazos y desperdigando el líquido vital de mis amigas. Acto seguido con la mano diestra agarre al viejo por el cuello con fuerza y rabia.
-Puto asesino de mierda- de un golpe seco lo abalancé hacía sus espaldas.
Dios santo. en mi vida tan solo una vez había experimentado tanto sufrimiento y tanta rabia en mi cuerpo. Sentía que iba a estallar en cualquier momento.
-¡¡MIERDA, JODER!!-
No tenía control sobre mi propio cuerpo, actuaba bajo su propia voluntad, no la mía. Me acuclillé sobre mis rodillas, tapándome el rostro, como si de pronto me hubiese convertido en una bolita a medida que de los globos oculares dos solitarias lágrimas descendieron por mis mejillas.
¿Qué más daba que le dijese el nombre del clan? Por mucho que investigase nunca encontraría información acerca de la Kuromibojin ni de mi bendición. Era lo más parecido a un clan inventado por un listillo, aunque en realidad existíamos, teníamos nuestras habilidades y nuestras metas, aunque lo manteníamos en secreto. Por el bien de la misión.
-Bien, pues vamos, cuanto antes veamos a ese médico mejor...-
Hice un ademán con la mano para que bajase de ese árbol y fuéramos en busca de ese asentamiento y de ese posible médico.
El tal Daruu no se ando con titubeos y descendió rápidamente de su posición privilegiada y echó a correr
-¡Espera!-
No se detuvo así que eché a correr por detrás suyo, siguiéndole hasta lo que fuese que había visto. En realidad no sabía ni siquiera lo que había visto. Quizás fuese el asentamiento que decía, igual era una trampa. Pero me fié de él como si fuera un niño cargado de inocencia.
Pero decía la verdad. Bueno, a medias. No encontramos un asentamiento, sino una casa en medio de la nada con las paredes de madera y un tejado de paja. Me sentí algo aliviado cuando vimos que se podía leer las letras doctor en aquel cartel que indicaba que allí habitaba un médico.
-Vale, hemos tenido suerte..-
No pude acabar de decir lo que tenía que decir hasta que salió el supuesto médico. Un tipo vestido con un simple taparrabos y el rostro escondido por una máscara que dibujaba un ciervo y aquella danza estúpida acompañada por esa rima fácil.
¡UN, CHACACHACA ÚN!
*Definitivamente prefiero las collejas de mamá a esto*
El hippie me agarro del brazo tras apartar al de Amegakure y tiro de mí hasta el interior de la choza hasta que me llevó a una sala donde había una camilla y una olla empañada. Me empujó nuevamente hasta sentarme en la camilla. Me costaba reaccionar ante lo que veía. Aquello debía ser un secreto entre Daruu y yo. Acabase como acabase, aquella experiencia no debía salir a la luz ¡Sería el hazmereir del clan! Y una vergüenza para mamá...
Entonces me fije, había un montón de utensilios muy raros, un lecho de paja y un armario que vete a saber tu que clase de drogas o cosas aún más raras debía contener.
Mis entrañas se retorcían a medida que iba viendo y asimilando todo lo que nos rodeaba.
Aquello había sido la peor idea que podríamos haber tenido.
¡UN, CHACACHACA ÚN!
El chamán y Daruu hablaban pero yo solo oía aquella frase sacada de un libro de hechizos y aquel estúpido baile. En el fondo estaba terriblemente cagado.
—¿Seguro que no habrías preferido ir al médico de los dojos, o algo?
La voz de Daruu me sacó de mis pensamientos, de mi trance mientras el chamán hacia sus cosas
-Bueno, si hubiera sabido esto hubiese preferido las collejas de mamá-
Solté una risa nerviosa y de nuevo el viejo chilló.
Sacó un bote dispuesto a verter su contenido en un mortero.
*¡Arañas!*
Pero no pude reaccionar a tiempo. Poco a poco, les fue propinando golpes... cada vez resonaban más fuertes en mi cabeza, sentía su dolor y su sufrimiento como el mio propio. A partir de ese momento mi rostro cambiaría. Mis dientes se apretaron a consecuencia de la rigidez súbita de mi mandíbula, mis puños se apretaron tanto que mis nudillos se enblanquecieron y mi mirada, roja como la sangre, desprendía el más básico de los instintos, la rabia más pura y más básica que un humano puede sentir.
Me levanté como un resorte con todos los músculos de mi cuerpo tensos como una plancha de acero macizo dando un manotazo al mortero directo a la pared de madera rompiéndolo en mil pedazos y desperdigando el líquido vital de mis amigas. Acto seguido con la mano diestra agarre al viejo por el cuello con fuerza y rabia.
-Puto asesino de mierda- de un golpe seco lo abalancé hacía sus espaldas.
Dios santo. en mi vida tan solo una vez había experimentado tanto sufrimiento y tanta rabia en mi cuerpo. Sentía que iba a estallar en cualquier momento.
-¡¡MIERDA, JODER!!-
No tenía control sobre mi propio cuerpo, actuaba bajo su propia voluntad, no la mía. Me acuclillé sobre mis rodillas, tapándome el rostro, como si de pronto me hubiese convertido en una bolita a medida que de los globos oculares dos solitarias lágrimas descendieron por mis mejillas.
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
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